Un estudio revela que la incertidumbre económica afecta la libido, reduce los encuentros románticos y empuja a muchos argentinos a la infidelidad como vía de escape.
Infieles: 27% de los argentinos engaña a su pareja como vía de escape a su realidad económica
Martes 16 de Septiembre de 2025, 06:35
En la Argentina, los ciclos de crisis son casi una constante. Y cuando la economía tambalea, no solo se resienten los bolsillos: también lo hacen las relaciones. La página de citas para "tramposas" Gleeden, asegura que el 27% de los argentinos admite serle infiel a su pareja. El estrés financiero, la incertidumbre y la falta de recursos modifican la forma en que las parejas se vinculan, con menos deseo, menos escenarios para intimar y más secretos. Según un estudio de Gleeden, aplicación líder de encuentros no monógamos pensada por y para mujeres, el 78% de los argentinos asegura que las crisis económicas impactan negativamente en la vida amorosa, especialmente a la hora de conocer gente nueva.
Las salidas románticas se vuelven un lujo: tres de cada cuatro encuestados reducen las visitas a restaurantes y más de la mitad admite que también disminuyen los encuentros en hoteles y albergues transitorios. Esto traslada la intimidad a casas particulares, autos o cualquier espacio que implique menos gasto. El deseo también se resiente: el 45% de los usuarios reconoce una baja en su libido, atravesada por el estrés y la presión financiera.
“Las crisis económicas tienen la capacidad de afectar la motivación en más de un plano, y eso repercute en el disfrute sexual y en la capacidad de encontrar momentos de conexión íntima”, explica Silvia Rubies, Directora de Comunicación de Gleeden en Latinoamérica.
La infidelidad como escape En este contexto de ansiedad y desgaste, la infidelidad aparece como una válvula de escape. La Radiografía de la No Monogamia en Argentina 2025, también elaborada por Gleeden, muestra que el 27% de los argentinos admite haber sido infiel, lo que la convierte en la forma de no monogamia más común, por encima de alternativas consensuadas como la relación abierta o el poliamor. En un país acostumbrado a convivir con crisis recurrentes, las relaciones no quedan al margen: menos libido, menos espacios de intimidad y más secretos. Cuando todo se tambalea, la infidelidad se mantiene como refugio y recordatorio de que el amor, como la economía, rara vez se sostiene sin sobresaltos. /Perfil