Miércoles 17 de Septiembre de 2025, 09:13

Elon Musk, la motosierra y Javier Milei.
Por Ezequiel BurgoLos aumentos que el Gobierno otorgaría en las partidas de educación, salud y jubilaciones sólo significarán un aumento real si la inflación en 2026 es 13,9% en promedio (10,1% en diciembre). Pero si el ritmo al que suben los precios resulta mayor -todo indica que será así-, la recuperación que dice el Gobierno en el Presupuesto no se haría efectiva y los docentes, médicos y jubilados podrían volver a estar en una situación de ajuste. En este caso, para revertir la caída en sus ingresos, el Gobierno debería disponer de nuevos créditos o incrementos adicionales que sean sustentados con sus correspondientes partidas de financiamiento para no alterar el equilibrio presupuestario y no caer en una suba de impuestos, emisión o más deuda.
Bienvenidos a la versión 2026 del Presupuesto: “Es el fin de la motosierra”, decía ayer un trabajo de la consultora Empiria. “A priori, en la presentación presidencial”, sostiene en referencia al discurso del lunes a la noche de Javier Milei, “el Ejecutivo se mostraría más flexible y pragmático en la negociación política con objeto de darle mayor consenso político al marco fiscal”.Algo de eso hay cuando se analizan las partidas.
Según un trabajo del economista especialista en temas fiscales, Nadín Argañaraz, en ocho de los once tipo de gastos primarios se registran subas para 2026. El gasto primario real (esto es descontando el impacto de la inflación) registraría un aumento de 6% según Argañaraz. Veamos uno por uno: los que bajan son el déficit operativo de las empresas públicas, bienes y servicios del Estado y otros gastos, mientras que aumentan las partidas (siempre en términos reales) de transferencias de capital, inversión real directa, inversión financiera, transferencias a universidades, prestaciones a la seguridad social, intereses de la deuda, transferencias corrientes y salarios. Así lo dice un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal que dirige Argañaraz y publicó ayer.
De todas formas no debería preverse un tratamiento lineal o automático del proyecto. Si bien su tratamiento empezará a darse en sesiones ordinarias muchas veces ocurre su sanción en el período extraordinario de discusión legislativa. Después del cambio de las Cámaras del próximo 10 de diciembre el oficialismo aumentaría su músculo político y quizá pague un costo menor para pavimentar su hoja fiscal que le allane 2026.
Milei asumió con un mandato en 2023 que fue bajar la inflación. Y lo cumplió. Pero pagó un costo grande y eso se vio reflejado en las elecciones bonaerenses de diez atrás.Un aspecto crucial para desinflar, además de la política cambiaria, ha sido el ajuste en las cuentas públicas. Pero el apretón fiscal no luce sostenible con una caída de la imagen del Gobierno y es lógico que el oficialismo salga ahora entonces a regatear apoyo político para sostener el rumbo (que Milei ratificó el mismo domingo de la derrota) a cambio de fondos para las provincias y otros actores políticos.
Los números del Presupuesto son calificados de “optimistas” por Empiria. El crecimiento de la economía para este año que pone es 5,4% cuando muchos economistas advierten que en el segundo semestre el crecimiento de la actividad estaría comprometida. Y para el año próximo se sostiene que el PBI crecería 5% (el mercado espera cerca de 3,5%).
Acá la gran pregunta para muchos es qué aumento en el tipo de cambio se calcula para después de las elecciones y cómo impacta en la tasa de inflación para 2026: por ahora los economistas se manejan con un escenario base de que la tasa de inflación seguirá para abajo aún a pesar del salto en el dólar esperado ($ 1.674 para Empiria).El resultado fiscal primario para el año próximo que se espera (1,5% del PBI) es menor al que figuraba en el staff report del FMI de un mes atrás (2,2%), pero igual al que cerraría para 2025 el Gobierno. Esto quiere decir que Milei acá puso en modo pausa la motosierra y que la etapa de la Deep motosierra como anunció en su momento Federico Sturzenegger no vendría. Tampoco surgen de las proyecciones de los ingresos tributarios que el Gobierno proyecte un recorte de impuestos para 2026. De hecho otro experto en la cuestión fiscal como Daniel Artana, economista jefe de Fiel, sostiene que la presión será más bien a subir impuestos el año próximo para cuidar el equilibrio fiscal.
Finalmente, dos últimos aspectos.
Primero, cuando se tiene en cuenta el pago de los intereses de la deuda el resultado financiero seguiría en modo positivo en 0,3% del producto.
Segundo, la contabilidad de las finanzas públicas del Tesoro no tomó nota de la advertencia que hizo el FMI un mes atrás cuando señaló (y enojó al equipo económico) que en mayo no había equilibrio fiscal sino más bien déficit si se computaban los intereses capitalizables: muchos expertos en finanzas públicas dicen que el Gobierno subestima el pago de los intereses de la deuda porque fueron en verdad registrados como recortes de capital.
La reacción del mercado al discurso del Presidente fue favorable. Sin embargo el riesgo país está en el nivel más alto casi en un año. El mercado se pregunta cómo hará Milei para pagar la deuda con reservas negativas. Un informe de Barclays ayer sacaba la siguiente cuenta: desde ahora hasta terminar su mandato deberá conseguir US$ 33.000 millones: unos US$ 2.000 millones este año, US$ 12.000 millones en 2026 y US$ 19.000 millones en 2027. Quizás Milei esconda la motosierra y saque el mediomundo para ‘pescar’ dólares. /
Clarín
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