Sábado 20 de Septiembre de 2025, 09:54
"Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos". Esta famosa frase de “El Principito”, la obra del escritor francés Antoine de Saint-Exupery, fue citada en el fallo de una jueza de Familia de Corrientes en el que obligó a un hombre leer el libro para generar empatía en el marco de una causa por alimentos para sus dos hijos, una con autismo y retraso madurativo y otro con celiaquía.
“Esperamos una reflexión, saber qué entendió. Y si no le produjo nada, pero da cuenta que lo leyó, está bien. No podemos obligarlo a sentir”, afirmó a Clarín la jueza Carolina Macarrei, titular del Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia N° 4 de Corrientes.
La sentencia de la magistrada es en el marco de un acuerdo por la cuota alimentaria que una mujer realizó por sus dos hijos. Una de ellas de 22 años que padece trastorno en el espectro autista y un retraso madurativo y su hijo de 8 años, celíaco.
En el primer caso, la mujer solicitó el 25% del total de los haberes de su esposo y padre de ambos hijos. El denunciante se desempeña como enfermero en una de las clínicas más prestigiosas de la capital de Corrientes.
“El 12 de abril de 2024 refiere a que no corresponde la solicitud de alimentos con relación a la mayor de las hijas por la edad de la misma (22 años), ya que el certificado de diagnóstico se halla vencido en fecha 25/09/2020; y que la misma deberá solicitar la asignación de pensión por discapacidad”, respondió el hombre, según la sentencia de la jueza.
En tanto, sobre su hijo, el enfermero expresó que “el informe con relación al menor de los niños de profesional fonoaudiológico data del año 2021, y que no refleja la realidad actual del menor. Reconoce su intolerancia al Trigo, avena, Cebada y Centeno (TACC)”. Como respuesta, propuso el 25% de su sueldo.
La tapa de El Principito.Las audiencias fueron intensas. Los modos del hombre y su abogado fueron hostiles, según la jueza. “Lo percibí falto de afecto total con los hijos, irrespetuoso con la madre. Eran manifestaciones y apreciaciones con tinte violentas”, describió en diálogo con Clarín.
En su defensa, el hombre argumentó que el Certificado Único de Discapacidad (CDU) de su hija estaba vencido porque su madre no lo había renovado en durante la pandemia de Covid-19 en 2020 y que, por ser mayor de edad su hija, debe solicitar la pensión por discapacidad. Por tal motivo, solo ofreció el 25 porciento de su sueldo.
Echó culpas a la madre de sus hijos porque no renovó el certificado de su hija. La jueza reflexionó al respecto: “Las cargas maternas son muy fuertes y marcadas en nuestras provincias por los roles patriarcales y cuestan correrlas de cuidadoras o responsables de lo que sucede o no en los hogares”.
“El progenitor a fin de ‘salvarse de su obligación alimentaria’ ha acudido a consideraciones desprovistas de toda empatía, solidaridad, contención, protección y de los valores más elementales de humanidad y solidaridad que deben prodigarse progenitores e hijos y en rigor ante cualquier situación ante la necesidad y vulnerabilidad humana; especialmente tratándose de su hija”, expresó Macarrei en la sentencia, en la que también
ordenó el pago del 40% del sueldo en concepto de cuota alimentaria.
¿Por qué leer “El Principito”?Ante la actitud del padre en la audiencia de conciliación, al momento de escribir la sentencia, la jueza Macarrei pensó en otra manera que pueda servir como ejemplo.
“Pensé qué puedo hacer en la sentencia para que no tenga la misma resolución o medir la misma vara el comportamiento con otro. Este señor no puede tener la misma consideración, por su conducta a lo largo del proceso, que otros progenitores que vienen a pelear su porcentaje y que buscan alternativas”, sostuvo.
Es por eso que la magistrada recordó la obra literaria de Saint-Exupery, donde según ella “se reúnen varios conceptos y pasajes que tienen que ver con la humanización de las relaciones de familia, pero humanas en definitiva. Es hacer lo necesario porque qué más uno quiere y quién más que los hijos”.
La audiencia prevista para que el hombre expusiera lo que había entendido de la lectura se pactó para el 28 de agosto. Ese día no asistió, sino que presentó un certificado médico que indicaba problemas de lumbalgia. Se dispuso una nueva fecha para finales de septiembre.
El zorro es uno de los personajes claves del cuento de El Principito. Para la magistrada, la lectura de “El Principito” y su posterior exposición ante ella “no es una medida sancionatoria, sino pedagógica, moral o reflexiva”, y si bien aclaró que no es una medida cautelar, si el hombre no se presenta tendrá una sanción por el incumplimiento de una medida judicial.
“El objetivo es que tenga un acto de consideración por sus hijos, ellos quieren ver a su padre. Es una cuestión de reflexión y de pacificación porque lo que uno quiere y el sistema judicial busca es la pacificación social y mucho más la familiar. Tengo la convicción de que algo más tenía que hacer para que su conducta no sea la definitiva. El comportamiento que tuvo no es el que esperábamos de un padre”, concluyó.
Otros fallos de la jueza MacarreiNo es la primera vez que, en un fallo firmado por ella, la jueza Macarrei ordena alguna medida que no está dentro de los parámetros convencionales en el derecho penal, civil o de familia.
En febrero de 2024 le prohibió a un hombre que no pagaba la cuota alimentaria de su hijo ingresar al corsódromo para asistir al carnaval, fiesta popular en Corrientes.
“Se ordena la prohibición de desfilar en la comparsa ‘Ara Bera’ y de ingresar al Corsódromo ‘Nolo Alias’ por ser deudor alimentario”, consignó el fallo de la jueza.
Finalmente, el padre pagó la suma adeudada y pudo bailar en los carnavales junto a su comparsa.
Otro fallo fue el que dispuso un régimen de comunicación de “Pope”, un perro salchicha que compartía una pareja hasta el momento de su separación.En su sentencia, la magistrada indicó que si bien "no se encuentra regulado el derecho de comunicación respecto de los seres afectivos (mascotas), entendiendo que lo correcto es valorarlos como partes integrantes de la familia multiespecie".
La resolución de Macarrei se basó en la necesidad de mantener el vínculo materno-filial que existía entre Eugenia, su familia y “Pope”, considerando a la mascota como un "ser sintiente". Fue la primera medida cautelar de estas características en el país que no se dio en el marco de un divorcio, señalaron voceros del Poder Judicial de Corrientes.
El caso que tuvo más repercusión fue la adopción del hijo del productor teatral José María Muscari, de nombre Lucio (17), el 22 de marzo de 2024.
Muscari conoció la historia del adolescente a través de un video viral en el que el joven hablaba de su más ferviente deseo: tener una familia.Las imágenes, consensuadas con la jueza Macarrei, se replicaron en medios de comunicación y redes sociales y el impacto fue enorme.
El video formaba parte de una convocatoria pública, última instancia para restituir el derecho a vivir en familia de niños, niñas y adolescentes que atraviesan experiencias como la de Lucio.
El resultado fue más que esperanzador: unos 140 postulantes respondieron al pedido. Y, entre todos ellos, Muscari fue el elegido. /
Clarín