Jueves 23 de Octubre de 2025, 14:12

El detenido, Juan José Sáez, de 36 años, era entrenador de fútbol de adolescentes y ahora está acusado de grooming
“Es incomprensible que haya una persona capaz de hacer algo así. Son monstruos disfrazados de ángeles”. Con esa frase, Luisa de García, madre de uno de los chicos involucrados, expresó la indignación y el horror que recorren Yerba Buena desde que se conoció la noticia. El detenido, Juan José Sáez, de 36 años, era entrenador de fútbol de adolescentes y ahora está acusado de grooming —acoso digital a menores— y podría enfrentar además cargos por abuso sexual.El caso estalló a comienzos de semana y rápidamente se convirtió en uno de los temas más comentados en la ciudad. Vecinos, padres y autoridades educativas coincidieron en que la situación refleja los peligros del contacto sin control entre adultos y jóvenes en espacios deportivos informales.
El hecho se descubrió casi por casualidad. Todo comenzó el lunes, cuando un adolescente dejó su teléfono celular sobre la mesa y salió de su casa. Su padre, al escuchar las notificaciones constantes, decidió revisarlo. Lo que encontró lo dejó paralizado: los mensajes provenían del número del entrenador de su hijo, Juan José Sáez. En la conversación, el hombre le hacía propuestas que nada tenían que ver con la práctica del deporte.Según el testimonio del progenitor, Sáez invitaba al menor a un encuentro personal en términos que resultaban claramente inapropiados. Alarmado, el padre decidió hacerse pasar por el chico y continuar el diálogo para reunir más pruebas. Luego acordó una cita con el entrenador en un punto de la ciudad de Yerba Buena.
Antes de acudir al encuentro, el padre contactó a otros progenitores de los adolescentes que entrenaban con Sáez. Les contó lo que había descubierto y los invitó a acompañarlo. El objetivo era enfrentarlo y exigirle explicaciones.
Cuando el entrenador llegó al lugar pactado, los familiares lo interceptaron y lo increparon violentamente. La situación se tornó tensa y, según consta en el informe policial, Sáez logró escapar en medio de empujones y gritos. En la huida, perdió su teléfono celular, que quedó en manos del padre que había destapado todo.Ese celular se convirtió en una pieza clave de la investigación. El hombre, al revisar su contenido, habría encontrado nuevos indicios de acoso hacia otros adolescentes, por lo que se comunicó con los padres de las posibles víctimas. Recién esa noche, una de las madres se presentó formalmente a realizar la denuncia ante las autoridades.
Intervención de la Fiscalía y nuevas denunciasEl martes, la fiscal Alejandra Navarro tomó intervención directa en el caso. Pese a los múltiples comentarios y publicaciones en redes sociales, hasta el cierre de esta edición la funcionaria había recibido tres denuncias formales, aunque no se descarta que haya más.
Las pruebas reunidas hasta ahora son contundentes. Según fuentes judiciales, Sáez le habría hecho una propuesta sexual a uno de los chicos, pedido un video íntimo a otro, y besado sin consentimiento a una tercera víctima.
Ante la gravedad de los hechos, la Fiscalía ordenó su inmediata detención y comenzó a reunir pruebas digitales, testigos y declaraciones. También se dispuso la revisión de los teléfonos celulares de las posibles víctimas para determinar si existen más casos.
Indignación y protestas en Yerba BuenaEl caso provocó una fuerte reacción social. Desde el martes, familiares y vecinos realizaron cortes de calle en la avenida Aconquija, uno de los principales accesos a Yerba Buena, exigiendo la captura del acusado. “Queremos que lo detengan y que no vuelva a acercarse a ningún chico”, gritaban los manifestantes.
Las protestas se repitieron durante dos días, hasta que finalmente la Policía les confirmó que el entrenador había sido detenido por orden judicial. En ese momento, los vecinos desactivaron las medidas de fuerza, aunque aseguraron que seguirán acompañando el proceso judicial.
La detención: una búsqueda con seguimiento policialLa aprehensión de Sáez no fue sencilla. Luego del episodio con los padres, el acusado radicó una denuncia por agresión y abandonó su domicilio, ubicado cerca de la plaza donde solía convocar a los adolescentes a practicar fútbol.
Un equipo de efectivos de la comisaría de Yerba Buena, bajo las órdenes de los comisarios Gustavo Beltrán y Omar Soria, desplegó tareas de inteligencia para dar con su paradero. Finalmente, tras varios operativos de vigilancia, lograron ubicarlo en la zona de Villa Angelina, donde fue arrestado sin resistencia.
Un entrenador sin respaldo institucionalOtro dato que sorprendió a las familias es que Sáez no representaba a ninguna institución deportiva formal. Según explicaron los padres, ofrecía clases informales en plazas y espacios públicos de Yerba Buena. “Entrenaba a chicos que se reunían en la plaza de la avenida Presidente Perón. Así fue como se ganó la confianza de ellos y de nosotros”, contó M., madre de una de las posibles víctimas.
La mujer relató que nunca sospechó del hombre hasta que se conoció el caso. “Cuando se armó todo este revuelo me di cuenta del peligro que corren los chicos cuando uno confía en personas que no pertenecen a un club o escuela reconocida. ¿Qué me podía imaginar que ese desgraciado hacía algo así? Espero que se pudra en la cárcel”, expresó con indignación.
El avance de la investigaciónLa fiscal Navarro ordenó una serie de medidas urgentes: analizar los celulares de las víctimas, buscar testigos y peritar el teléfono que quedó en manos del padre denunciante. Sin embargo, el celular personal de Sáez aún no fue entregado, lo que podría complicar la recolección de pruebas.
Los investigadores sostienen que podrían existir otros jóvenes afectados y que el patrón de conducta del entrenador encajaría con casos de grooming detectados en otros puntos del país. “Hay indicios de que este hombre actuó con planificación y aprovechándose de la confianza de los chicos”, señaló una fuente cercana a la causa.
En las próximas horas, Sáez será presentado ante la Justicia en una audiencia de formulación de cargos, donde escuchará las acusaciones en su contra. Se espera que la Fiscalía amplíe la imputación si surgen más pruebas o denuncias.
Por el momento, el delito principal que se le atribuye es grooming, aunque los investigadores no descartan avanzar hacia abuso sexual simple o agravado, dependiendo del relato de las víctimas y las evidencias que se obtengan.
Un caso que deja una advertenciaLa conmoción en Yerba Buena es total. Padres, docentes y entrenadores se mostraron consternados por lo ocurrido. “Esto demuestra que tenemos que estar atentos a lo que pasa con los chicos en redes y con quién se vinculan”, opinó una psicóloga local consultada por este medio.
Mientras tanto, el caso sigue su curso judicial y la comunidad espera que se imparta justicia. “Que la ley actúe con la máxima severidad —dijo un vecino durante una de las marchas—. No puede haber piedad para quien destruye la inocencia de un niño”.
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