Lunes 01 de Diciembre de 2025, 07:42

Ricardo Squef Vierci y Giuliana Tenace en la ceremonia central de su millonario casamiento
“Sí, quiero”, dijo Giuliana Tenace, en Punta del Este. La entrada que hizo la novia a la iglesia más clásica de la península había sido tan perfecta como fue previsto, porque la parroquia tuvo que adecuar los bancos y dejar más espacio, ya que el vestido tenía una cola muy ancha. En el altar la esperaba el novio Ricardo Squef Vierci.En un casamiento que dio mucho que hablar que Uruguay, una de las familias megamillonarias más ricas de Paraguay y del cono sur diseñó un plan de fiesta continua de tres días, en Punta del Este, San Rafael, Manantiales y José Ignacio, para celebrar el casamiento de su nieto con una joven asunceña hija de un prestigioso abogado.
Ricardo es heredero del grupo liderado por Antonio Vierci, dueño de medios de comunicación y cadenas de distribución de alimentos, entre otros rubros. En Uruguay tiene las cadenas Burger King y Subway y está comprando al grupo Narváez los supermercados Ta-Ta. Giuliana es de la familia del histórico estudio jurídico Tenace-Caballero.
La gala que duró varios días y termina este sábado generó la llegada de aviones particulares que llenaron la pista del aeropuerto local, la contratación de centenares de trabajadores de todos los rubros, la instalación de una megacarpa para la cena principal, el traslado de invitados desde Europa y el montaje de un dispositivo de seguridad severo.
También implicó el cierre de hoteles cinco estrellas para hospedaje de los 800 invitados, la selección de trajes y vestidos, el auxilio de especialistas en moda y gastronomía y la planificación de imprevistos. Esto dio resultado cuando se rompió la torta de cuatro pisos, importada en avión desde Brasil, y una repostera local debió trabajar con ayudantes para reconstruirla.
Y para el show principal del baile contrataron al colombiano Carlos Vives, que coincidió por unas horas en Punta del Este con Shakira, ambos protagonistas del clip La Bicicleta (ella estaba de descanso entre sus recitales en Asunción y Montevideo).
Tanta expectativa generó la “boda del año”, y la más estruendosa que se recuerde por este balneario, que frente a la parroquia Virgen de la Candelaria llegaron gran cantidad de curiosos, que daban notas a los móviles de televisión y contaban que habían llegado del interior de Uruguay, de Paraguay, la Argentina y Brasil, atraídos para ver el movimiento y el despliegue de glamour sudamericano.
La boda de “Giuli y Ricar” tuvo una primera etapa el martes 26 con una fiesta de bienvenida al este uruguayo en el coqueto complejo La Susana de José Ignacio, que según el ránking de una revista especializada es uno de los mejores ocho paradores de playa del mundo.
El miércoles y jueves hubo actividades fuera del protocolo oficial de la maratón de ceremonias, y el viernes se realizó la ceremonia religiosa en la histórica capilla de La Candelaria. La recepción del atardecer fue en la residencia La Dalmacia de San Rafael donde se montó una carpa gigante para la cena y baile.
La despedida es este sábado al atardecer en el Unido Restaurante Manantiales que se distingue por alta cocina, con especialidad de “sabores, colores y texturas”, que para esta ocasión promete a los invitados una sorpresa especial.

Lo invitados se hospedaron en The Grand Hotel, el Hotel Castilla, L’ Auberge, La Capilla y el muy exclusivo Hotel Fasano que tiene helipuerto.
El atractivo para curiosos estuvo en la ceremonia religiosa del viernes: a las seis menos cuarto de la tarde llegó Giuliana en un automóvil clásico Porsche adornado con flores. La parroquia tuvo una decoración que se hizo durante tres días y con flores que llegaron de Asunción, tanto para el interior como para adornar la fachada.
La fiesta principal fue con un servicio de decenas de mozos y personal de cocina que llegó en avión desde Paraguay. Como plato principal sirvieron brioche steak de filete mignon rossini. La alternativa vegetariana era brioche de hongos silvestres salteados. Luego hubo un banquete de postres con variedades de dulces, cremas y frutas. Ahí estuvo el corte de la torta.
En la madrugada fue la explosión de la fiesta, cuando los novios bailaron en el escenario donde cantaba Vives y todos entonaron a coro: “Por eso yo quiero, casarme contigo, quedarme a tu lado, morirme en tus brazos, dulce amor”.
/La Nación
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