Sábado 25 de Octubre de 2025, 08:26
El hallazgo del cuerpo de una jubilada de 84 años atado con frazadas al costado de una ruta en General Belgrano destapó un macabro y desalmado crimen.
La muerte de Estanislada Benedicta Rodríguez se conoció el 24 de agosto de 2025, cuando su cuerpo fue encontrado por un grupo de amigos al costado de la ruta provincial N°29, a la altura del partido General Belgrano, Buenos Aires.
Los pescadores primero creyeron que se trataba de un chancho, pero luego se dieron cuenta de que envuelto en esas frazadas había un cuerpo humano. Fue así que llamaron a la policía, que comprobó que se trataba de una mujer mayor.
Los investigadores tuvieron que tirar de un fino hilo para tratar de reconstruir los hechos y poder entender qué había pasado. La autopsia fue clave para desentrañar lo que, finalmente, fue un brutal crimen.
Las pericias sobre el cuerpo determinaron que se trataba de una mujer de 84 años, que no había sido golpeada y que había muerto de un paro cardíaco, provocado por el estado de abandono que sufrió. Es decir que la víctima fue descartada viva, pero nunca pudo desatarse y murió.
De la autopsia también se desprendió que la muerte había sido entre 36 y 72 horas antes del momento del hallazgo el cuerpo, con lo cual había que retroceder los pasos varios días para atrás. Todo se esclareció cuando obtuvieron la identidad de la mujer: Estanislada Benedicta Rodríguez.
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El sospechoso escapó por la ruta, pero fue detenido varios días después en Glew, Almirante Brown.
Estanislada era madre de cuatro hijos (Diego, Daniel, Vanesa y Claudia Vivanco) con los que ya no tenía relación. Uno de ellos no la veía hacía 9 años y el resto habían tenido contacto con ella más de un año y medio atrás. La mujer de 84 años era jubilada y vivía en una pequeña pieza en Glew.
Según pudo saber TN, su ubicación fue clave para que el fiscal que investiga la causa, Jonatan Robert, pudiera encontrar al principal sospechoso. Esto se debe a que Estanislada le alquilaba la pieza a Christian Eduardo Ochoa. Pero esa relación no terminaba ahí, porque el hombre era su apoderado y le cobraba la jubilación.
Los rastros que dejó Ochoa fueron muy evidentes: las cámaras de seguridad del 19 y el 20 de agosto lo mostraban en la ruta, yendo a General Belgrano a bordo de su Renault 19 de color bordó.
Por si faltaba algo para que las miradas fueran hacia él, Ochoa dejó una huella marcada cuando hizo dos extracciones de dinero por un total de $600.000 en un cajero.
La cronología resultó contundente: Estanislada murió entre el 19 y el 20, el cuerpo fue encontrado el 24, a los tres días depositaron la jubilación y el 28 de agosto el acusado fue a cobrar el dinero.
En paralelo, los investigadores constataron la presencia del teléfono celular del hombre en la zona donde fue encontrado el cuerpo.
Con todos estos elementos, la DDI de Dolores avanzó con dos allanamientos en casas vinculadas con el sospechoso y lo detuvo el fin de semana pasado. Este lunes se negó a declarar y quedó detenido con prisión preventiva.
Antecedentes por violencia, una jubilación de $600.000 y una posible discusión: la trama detrás del crimen
La fiscalía todavía trata de confirmar varios datos para que la calificación legal contra Christian Ochoa pase de ser abandono de persona agravado a homicidio.
Jonatan Robert, fiscal que investiga la muerte, explicó a TN los motivos de la calificación legal: “Cuando uno va a la autopsia, la causa mediata por la que fallece es un paro cardíaco no traumático. Esto indica que no tiene lesiones, que no le pegó ni le disparó. Al no tener la causa inmediata, no le puedo imputar un homicidio".
“Si las pericias complementarias sobre el cuerpo de la señora me determinan que el paro cardiorrespiratorio fue consecuencia de inanición o de una falla multiorgánica producida por un cuadro de deshidratación, ahí si podría imputarla por homicidio”, advirtió Robert.
A la espera de estas pericias, que pueden durar hasta seis meses, hay una extensa cantidad de datos que la fiscalía busca confirmar para avanzar en la acusación contra Ochoa.
El primero es saber hace cuánto le alquilaba Rodríguez a Ochoa la pieza en Glew. Esto puede dar detalles de la relación que había entre ambos para que la jubilada le permitiera cobrarle la pensión.
Ese es el segundo punto que buscará establecer el titular de la fiscalía N°10 de Dolores: cuántos meses Ochoa le cobró la jubilación a Rodríguez. Se trata de un dato difícil de obtener, debido a que las cámaras de seguridad de los bancos se renuevan todos los meses.

La fiscalía cree que el sospechoso se desplazó desde Glew hasta General Belgrano en un Renault 19 color bordó.
Lo cierto es que para fines de agosto algo pasó. No está claro qué, pro se cree que el móvil del crimen pudo ser económico.
Desde la fiscalía sostienen la hipótesis de que algo cambió mientras él le cobraba la pensión: “Quizás la señora estaba con un problema de salud, o él se puso como apoderado y se dio cuenta de que no le alcanzaba para los remedios, entonces se la quiso sacar de encima”.
Todo está bajo investigación, pero el fiscal le descartó a TN la posibilidad de que Ochoa haya actuado con un cómplice.
Lo que sí está confirmado son los antecedentes que pesan sobre Ochoa: el imputado tiene una pema previa a seis meses de prisión condicional por lesiones leves agravadas por un vínculo en contexto de violencia de género. La condena fue en 2019.
Para el fiscal será clave la apertura de los dos celulares que le secuestraron a Ochoa y que comenzará esta semana: “Puede arrojar algún elemento importante para saber cómo y por qué actuó”. /TN