Viernes 31 de Octubre de 2025, 08:03
En un giro tan insólito como previsible, el abogado y ex operador financiero Carlos Maslatón —quien en su momento pidió que Cristina Kirchner fuera a una cárcel común— se reunió con la expresidenta en su departamento de la calle San José, donde cumple condena por la causa Vialidad. El encuentro, que él mismo se encargó de publicar en sus redes, es una postal del cinismo político: el supuesto “liberal incorruptible” posando sonriente con la dirigente que simboliza el kirchnerismo que decía detestar.
La reunión fue gestionada por el diputado Eduardo Valdés, uno de los pocos alfiles kirchneristas que todavía intenta mantener viva la red de contactos de la exmandataria. Según el propio Maslatón, la cita fue pedida “hace varios días” y se concretó ahora, casualmente, en un contexto de reacomodamiento político tras la derrota electoral.
Fiel a su estilo mesiánico, Maslatón abrió su publicación con un versículo bíblico del Evangelio según San Mateo, al que vinculó con “las injusticias”. La sobreactuación religiosa roza lo grotesco: quien se proclama racionalista y defensor del mercado libre apela ahora a las Bienaventuranzas para justificar su visita a una dirigente condenada por corrupción.
Luego, el abogado relató que le confesó a Cristina haber sido “muy crítico” de su gobierno en 2012 y 2013, aunque —como buen oportunista— ahora revisa su pasado para elogiar su “tolerancia hacia el disidente”. La metamorfosis de Maslatón parece completa: de acusarla de chavista a presentarla como símbolo de la democracia.
En otro tramo del relato, el exmillonario de Twitter aseguró que quería conversar con la exmandataria “para analizar la grieta nacional” y repasar sus aciertos y errores. En su intento de reescribir la historia, sostuvo incluso que Cristina “trató de lograr lo mejor para el país”, una frase que podría competir con cualquier panfleto partidario. También repitió el guion habitual de victimización al decir que su condena fue “políticamente motivada”, un argumento idéntico al que esgrimen los seguidores más fanáticos del kirchnerismo.
Por su parte, Cristina Kirchner, lejos de mostrarse sorprendida por la visita, aprovechó el momento para alimentar su propia narrativa de falsa apertura y diálogo. En su publicación, escribió: “Lo mejor de esa charla fue lo que no se dijo, pero está implícito: la posibilidad de compartir y coincidir en muchas cosas”. Un intento más de mostrarse vigente, dialoguista y “por encima de la grieta”, mientras sigue atrincherada detrás de la épica del pasado.
Qué buena la charla de ayer con Carlos Maslatón, cuando me vino a visitar a San José 1111.
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) October 30, 2025
Pero lo mejor de esa charla fue lo que no se dijo, pero que está implícito: la posibilidad de hablar, de compartir y hasta de coincidir en muchas cosas que nuestro país necesita construir… https://t.co/xuEqLqSCoo