Según reconstruyó, tras ese hecho comenzó a poner distancia respecto de las empresas familiares: “Así que empecé a decirle que me iba a ir, que no me gustaba lo que hacía. Yo quería ser presidente de Boca, él no me creía. Y cuando me fui, se enojó más. Empezó esta comunicación pública que se generó a partir del secuestro, porque cambió la dinámica de la familia, mi secuestro fue muy emblemático. Él cambió su perfil”.
La relación entre ambos había sido tensa desde la juventud de Macri. Recordó que a los 16 años su padre ya lo llevaba a reuniones de directorio únicamente como oyente y que incluso lo hizo participar de un encuentro con el expresidente Raúl Alfonsín: “También me llevó a una reunión con el entonces presidente Alfonsín. Le pidió que hiciera crecer el país. Alfonsín se sorprendió. Mi padre tenía una obsesión con que no fuéramos una provincia de Brasil”.
En el tramo final del libro, el exmandatario reconoce que el proceso de escritura le permitió volver a conectar emocionalmente con su padre, fallecido en marzo de 2019: “[Escribir el libro] fue un momento de reencuentro con él. Cuando lo leí estallé a llorar. Ahí fue cuando dije, ‘estamos en paz’”.
La edición estuvo a cargo de Pablo Avelluto, exministro de Cultura de la gestión de Macri, quien ya había anticipado que trabajaba en esta obra. Sobre su contenido, definió: “Es la historia de Franco Macri, pero es un poco una historia económica de la Argentina también. Porque el primer trabajo que tuvo Franco Macri en la Argentina fue en la construcción de Ciudad Evita, en San Justo, y de allí llegó en 1989 a ser el principal empresario de la Argentina. Y al final de la década del 90 estaba por el número 60 y pico. Es una historia de ascenso, caída, de enormes conflictos familiares”. /
La Nación