Lomas de Tafí: se entregó el asesino de Rosario Vargas (41)

Martes 18 de Noviembre de 2025, 20:12

Según allegados, la mujer sufría hostigamiento constante y había decidido separarse tras años de violencia.



Carlos Orlando Arévalo (50), principal sospechoso del femicidio de Rosario Vargas, se entregó en las últimas horas en la División Homicidios de la Policía, acompañado por su abogado. Quedó inmediatamente a disposición de la Justicia. La entrega se produjo luego de la fuerte presión policial que se había desplegado desde ayer por la mañana, cuando escapó tras asesinar a su ex pareja.

El hecho ocurrió en el asentamiento conocido como “Villa Cariño”, en Tafí Viejo, donde la comunidad continúa conmocionada. Rosario Vargas, de 41 años, fue asesinada de al menos tres disparos frente a su hijo de 13 años. Según la investigación, Arévalo llegó en una motocicleta roja, esperó a la mujer frente a su vivienda y la atacó cuando ella regresaba del comedor comunitario. “Ella llegó y él ya estaba revoloteando por aquí. Apenas quiso entrar, él la baleó”, contó la familia.

El niño, testigo directo del ataque, quedó bajo el cuidado de la familia materna, mientras se evalúan medidas de protección. Su abuela, Olga Beatriz Peñalva, expresó su preocupación por el futuro del menor: “¿Qué va a pasar con él? El padre no lo quiere tener. Yo quiero hacerme cargo, pero necesito que me lo permitan”.

La madre de la víctima aseguró que Rosario había denunciado previamente a Arévalo por violencia de género en la comisaría de Lomas de Tafí. Sin embargo, no logró completar la presentación porque —según la familia— el agresor le había quitado su DNI, su tarjeta y otras pertenencias. En medio del dolor, Olga pidió justicia: “Quiero que esto no quede así. Que pague por lo que hizo”.

Rosario había decidido alejarse del acusado después de años de violencia. Había logrado mudarse a una nueva vivienda para intentar comenzar de nuevo, pero, según su familia, Arévalo continuó persiguiéndola. Incluso llegó a vaciar la casa que compartían anteriormente, dejándola “solo con una cama”, y boicoteaba cada trabajo que ella conseguía. Rosario trabajaba como empleada doméstica y sostenía sola a su hijo menor. También era madre de dos jóvenes: una hija ya casada y un hijo de 18 años.

Con la detención de Arévalo, la fiscalía avanzará en la imputación por femicidio, un delito que prevé prisión perpetua. Los peritos criminalísticos ya trabajaron en la escena del crimen, mientras familiares, amigos y vecinos exigen justicia y que la muerte de Rosario no quede impune.