
Jueves 20 de Noviembre de 2025, 11:27
El futuro del trabajo, la riqueza y la sociedad fue el eje de un encuentro de alto nivel entre Elon Musk, Jensen Huang y el príncipe heredero Mohammed bin Salman durante el Foro de Inversión EE.UU.-Arabia Saudita en Washington D. C.. La conversación giró en torno al impacto de la inteligencia artificial y la robótica, con la visión de que estas tecnologías podrían transformar radicalmente la economía global, haciendo que el trabajo sea opcional y la riqueza, potencialmente, universal.
La sesión comenzó con el anuncio de una alianza estratégica: Musk, como director ejecutivo de xAI, reveló la construcción de un centro de datos de 500 megavatios en colaboración con la empresa saudí Humain AI, impulsado por chips de NVIDIA. Huang, fundador y CEO de NVIDIA, celebró la magnitud del proyecto: “500 megavatios es gigantesco, esta compañía está fuera de serie, desde el principio”.
El príncipe heredero subrayó la importancia histórica de la colaboración entre Arabia Saudita y Estados Unidos, destacando la transición de una economía basada en la energía a una nueva era de inteligencia, donde la IA y la robótica se convierten en el motor de la próxima revolución industrial.
Musk abordó el papel de la innovación en sus empresas, señalando que más que una disrupción, se trata de creación. “Con SpaceX, los cohetes reutilizables no existían. En Tesla, no había autos eléctricos atractivos y asequibles.
Ahora, con la robótica humanoide, no existen robots realmente útiles, pero Tesla va a fabricar los primeros”, afirmó. Musk sostuvo que los robots humanoides serán “el mayor producto de la historia, más grande que los teléfonos móviles”, ya que todos querrán uno o varios, generando una industria completamente nueva.
Huang intervino para recalcar que la IA es una infraestructura fundamental, comparable a la electricidad en su momento. Explicó que la computación ha pasado de un modelo basado en la recuperación de información a uno generativo, donde el software se crea en tiempo real y de forma personalizada.
“Hoy, cada vez que usas una IA como Grok, el resultado es único. Por eso necesitamos fábricas de IA en todo el mundo, para generar contenido en tiempo real”, detalló.
El debate se centró luego en el futuro del trabajo. Musk fue tajante: “Mi predicción es que el trabajo será opcional. Será como jugar o cultivar un huerto: quien quiera trabajar, lo hará por gusto”. Añadió que, en un horizonte de diez a veinte años, el avance de la IA y la robótica hará que el dinero pierda relevancia.
“Si la mejora de la IA y la robótica continúa, el dinero dejará de ser relevante en algún momento. Seguirán existiendo limitaciones físicas, como la energía y la materia, pero la moneda se volverá irrelevante”, sostuvo.
Huang aportó una visión matizada sobre la transformación laboral. “Todos los trabajos serán diferentes, eso es seguro. Muchas tareas arduas o repetitivas serán mucho más sencillas, lo que nos hará más productivos. Pero, al tener más ideas y tiempo, probablemente estaremos más ocupados”, reflexionó. Puso como ejemplo la radiología, donde la IA ha incrementado la productividad y, lejos de eliminar empleos, ha aumentado la demanda de radiólogos.
“El objetivo del radiólogo no es solo analizar imágenes, sino diagnosticar enfermedades. Ahora pueden estudiar más casos y dedicar más tiempo a los pacientes”, explicó.
El príncipe heredero coincidió en el impacto positivo de las tecnologías de propósito general, señalando que cada avance ha sido netamente beneficioso para la humanidad.
Compartió casos de innovación saudí, como el uso de IA para crear nuevos materiales capaces de capturar agua y dióxido de carbono, y el desarrollo de nanorrobots para la edición genética y el tratamiento de enfermedades como la anemia falciforme. “La IA ha acelerado resultados que antes tomaban décadas”, afirmó.
La conversación abordó también los desafíos energéticos y la expansión hacia el espacio. Musk argumentó que, para alcanzar una civilización de escala Kardashev 2 —capaz de aprovechar una fracción significativa de la energía solar—, será imprescindible desplegar satélites de IA alimentados por energía solar en el espacio.
“El costo de la computación de IA en el espacio será mucho menor que en la Tierra. Incluso en un plazo de cuatro o cinco años, la forma más barata de computar IA será con satélites solares”, aseguró. Huang añadió que la refrigeración de los chips será más sencilla en el espacio, y que la generación de electricidad en la Tierra ya enfrenta límites físicos.
En cuanto a la economía digital, Huang destacó la transición de la computación generalista a la acelerada, impulsada por la demanda de procesamiento de datos y la IA generativa. “Hace seis años, el 90% de los supercomputadores usaban CPUs; hoy, menos del 15%. La aceleración computacional es la base de la nueva era”, señaló. Subrayó que los sistemas de recomendación y la IA Agéntica, como Grok, OpenAI o Gemini, están redefiniendo la infraestructura digital global.
El encuentro concluyó con una reflexión sobre la alianza entre Arabia Saudita y Estados Unidos, que ha evolucionado de la energía al ámbito digital y ahora a la inteligencia artificial.
Los protagonistas coincidieron en que esta colaboración, impulsada por líderes tecnológicos y el apoyo institucional, busca abrir nuevas oportunidades económicas, crear empleos y contribuir a un futuro más prometedor para la humanidad. /Infobae