Zamora cedió la gobernación a Elías Suárez, pieza clave de su esquema de sometimiento social

Miércoles 10 de Diciembre de 2025, 21:20

Zamora entrega el mando a Suárez, aunque crecen las dudas sobre un cambio real



Santiago del Estero vivió este miércoles una jornada que fue presentada como “histórica”: la asunción de Elías Miguel Suárez como nuevo gobernador, en un acto formal celebrado en la Cámara de Diputados. Sin embargo, la gran pregunta que atraviesa a la provincia es si esta transición marca un cambio real de poder o si se trata de un nuevo capítulo en el esquema político que Gerardo Zamora mantiene desde hace 20 años, incluso alternando el cargo con su esposa, Claudia Ledesma Abdala, para perpetuar su influencia.

La ceremonia siguió todos los pasos institucionales: Himno Nacional, lectura del acta del Tribunal Electoral que proclama a las nuevas autoridades, y la firma de la resolución correspondiente por parte de Zamora, Suárez y Carlos Silva Neder. Acto seguido, el presidente de la Cámara tomó juramento al mandatario electo, quien respondió con un firme “Sí, juro”.

Finalmente, fue el propio Zamora quien colocó la banda gubernamental y entregó el Bastón de Mando, símbolo máximo del traspaso institucional.

En sus primeras palabras como gobernador, Suárez, que se desempeñaba como Jefe de Gabinete de Ministros, no sorprendió a nadie con sus declaraciones a favor del régimen: “Mi compromiso es consolidar un modelo que le dio identidad, orgullo y futuro a Santiago del Estero”

Pero puertas adentro y en la percepción social, el interrogante crece: ¿se va Zamora o simplemente deja una figura aliada para mantener el control?

Dos décadas de poder y una estructura que nunca cambió

Gerardo Zamora gobernó Santiago del Estero durante dos décadas, manejando el tablero político con precisión quirúrgica. Cuando la Constitución no le permitió continuar, el poder quedó en manos de su esposa, quien ocupó el cargo con una alineación política total. La maquinaria siguió funcionando igual. Él siguió mandando.

El ascenso de Elías Suárez, de perfil bajo y larga trayectoria dentro del oficialismo santiagueño, despierta dudas similares: ¿Es un gobernador independiente o una continuación del zamorismo? ¿Tomará decisiones propias o será supervisado desde las sombras? ¿Se modificará la estructura política que muchos denuncian como un sistema de sometimiento, asentado sobre el miedo, la dependencia económica y el control territorial?

Para la oposición y diversos sectores sociales, este recambio es apenas un “relevo administrativo” dentro de un régimen que se sostiene en la concentración de poder, el personalismo y la ausencia de alternancia real.

El acto formal no despeja las sospechas

La foto del traspaso —con Zamora colocando la banda y entregando el bastón— fue cuidadosamente construida para transmitir institucionalidad y continuidad democrática. Sin embargo, para una parte importante de la ciudadanía, la imagen también simboliza otra cosa: una mano que no suelta el mando, sino que lo extiende hacia alguien que deberá administrarlo bajo su tutela.

Santiago del Estero inicia oficialmente un nuevo período institucional. Lo que aún nadie puede afirmar es si también inicia una nueva etapa política.