Jueves 11 de Diciembre de 2025, 18:16
Ya había hecho un detallado relato de sus padecimientos en la denuncia por acoso sexual y laboral presentada ante la Subsecretaría de Control Disciplinario de la Suprema Corte de Justicia bonaerense. Ahora, G. B. S., funcionaria judicial de 48 años, declaró ante el fiscal José Amallo en la causa penal donde se investiga al juez Ernesto García Maañón, quien hasta fines de julio pasado se desempeñó como presidente de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de San Isidro.G. B. S., entre otras situaciones, recordó paso a paso el acoso sexual del que fue víctima en abril pasado en el despacho de García Maanón después de aceptar una invitación para cenar.
“Con su mano y brazo me envolvió a la altura de la cintura y con fuerza llevó mi cuerpo muy cerca del suyo, quedando de esta forma cara a cara, como con intenciones de darme un beso o de una situación muy íntima. Al bajar yo el rostro para evitar que me besara es cuando me desliza la palma completa de su mano derecha desde la cintura hacia mi cola, por el medio, tocándomela y haciendo un poco de presión, como intentando acercar más mi cuerpo al suyo, ante lo cual di unos pasos hacia atrás. Entonces él me mira como sorprendido, a lo que yo le pregunto: ‘¿Pasó algo?’. Él me respondió: ‘Solo quería verte’. Yo le contesté: ‘Bueno, ya me vio’. Haciéndose el desentendido y como si nada hubiese pasado, me habló de trabajo, pero yo estaba en blanco. Por el estado de shock no escuché nada de lo que me dijo", sostuvo la denunciante, según pudo saber LA NACION de fuentes al tanto de su declaración.
La causa penal que instruye el fiscal Amallo comenzó después de la denuncia que hizo a mediados de julio pasado G. B. S. ante Subsecretaría de Control Disciplinario de la Suprema Corte de Justicia bonaerense. Por su estado emocional y mental (le habían diagnosticado un cuadro de trastorno de ansiedad), la víctima no había podido declarar hasta el momento ante el representante del Ministerio Público de San Isidro.
Durante su declaración. G. B. S., que hasta el momento de la denuncia y desde 2016 cumplía funciones “propias y exclusivas” en la Secretaría de Presidencia de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de San Isidro, estuvo acompañada por su abogado, Juan Saucedo.
La denunciante también contó con detalles el momento en que García Maañón, dentro de su despacho, le pasó por el rostro una pistola calibre nueve milímetros. Eso sucedió, según afirmó, el 19 de junio pasado, cuando le llevó al magistrado una resolución para que firmara.
“La puerta [del despacho] quedó entreabierta, contexto en el que García Maañón me dijo que me sentara frente a su escritorio, lo cual hice. Le entregué la resolución en cuestión, la cual leyó rápidamente e ignorando mi presencia, o apenas la leyó. La tiró arriba del escritorio de manera despectiva.
Inmediatamente, haciendo caras, se levantó de su silla y abrió el cajón derecho de su escritorio, del cual extrajo un arma de fuego. Para mí se trataba de una Glock negra, estimo que nueve milímetros, a la cual le colocó el cargador, le sacó el seguro o se lo puso, no sé bien qué hizo porque enseguida bajé la mirada, pero sí escuché el ruido. Entonces realizó un movimiento con dicho adminículo, de forma tal que llegó a pasármelo cerca de mi rostro. Esto fue con la punta de la pistola hacia mí. No fue un movimiento rápido ni lento, sino que con el mismo lo que intentó fue mostrarme el arma deliberadamente de manera cercana a mi rostro.
Su obrar me infundió temor, no podía creer lo que acaba de ocurrir, me quedé helada por haber visto el caño del arma pasar cerca de mi rostro. Que él guardó la pistola en su cintura, creo que en la parte de atrás, salió del escritorio, tomó un bolso y dijo: ‘me retiro’, y se fue, quedándome entonces sola en su despacho unos segundos", dijo G. B. S., según las fuentes consultadas.
Antes de terminar su declaración,
G. B. S. dijo tener miedo de García Maañón. “Me angustia pensar que puede tomar represalias”, sostuvo.
Ayer, la Justicia dispuso una custodia de la Policía Federal para proteger a la denunciante.
“Ejercicio irreprochable”
A fines de julio pasado, García Maañón, de 77 años, presentó su renuncia como juez en una carta dirigida al gobernador bonaerense Axel Kicillof, quien todavía no aceptó ni rechazó la dimisión.
En el texto de la carta, el magistrado sostuvo: “Tengo el agrado de dirigirme a usted con el objeto de presentarle mi renuncia al cargo de juez de la Cámara de Apelación y Garantías del Departamento Judicial de San Isidro, que desempeño desde el 4 de febrero de 2005.
Sin perjuicio de ejercer mi derecho de defensa en la imputación hacia mi persona que ha motivado el sumario iniciado en la [Sub] Secretaría de Control Disciplinario de la Suprema Corte de Justicia, evitando que se desarrolle sin permitirme ejercer mi derecho a ser oído y a presentar pruebas ?ambos protegidos por garantías constitucionales?,
presento la renuncia a mi cargo a efectos de preservar 38 años de ejercicio irreprochable de la magistratura con que fuera honrado, evitando el prejuzgamiento que conformaría disponer la elevación de las actuaciones sumariales a la Procuración General bonaerense, careciendo de la oportunidad de aportar las pruebas que demuestren mi inocencia y los fundamentos de mi descargo, como ha ocurrido en casos similares.
En el mismo sentido, obraría el ejercicio de mi defensa en la denuncia presentada en la Fiscalía de San Isidro, I.P.P Nro. 14-00-4674-25/00 [el expediente a cargo del fiscal Amallo], al permitirme actuar con la serenidad que las falsas imputaciones en mi contra han afectado.
Asimismo, quiero enfatizar que esta decisión no significa en modo alguno un intento de renunciar a la demostración por mi parte de la falsedad de la denuncia en mi contra y la ausencia de responsabilidad en las conductas atribuidas, toda vez que estaré a disposición de la Justicia, presentando las pruebas testimoniales y documentales pertinentes y las citaciones a declarar que me sean requeridas.
No obstante ello, el sometimiento al escarnio mediático sin haber podido declarar sobre los hechos y presentar prueba de descargo, garantías de rango constitucional que configuran presupuestos del debido proceso como es la defensa en juicio en cualquier fuero, han afectado mi salud psíquica y espiritual que, en razón a mi avanzada edad, debo preservar para demostrar la total falsedad de los hechos atribuidos.
Estos, y no otros, son los motivos de esta presentación. Por todo lo expuesto, y en la esperanza de recibir justicia a la que he dedicado la mitad de mi vida, es que solicito al Sr. Gobernador tenga a bien de aceptar la renuncia a mi cargo, por este medio presentada", afirmó el hasta ahora presidente de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de San Isidro. /
La Nación