El veredicto del gurú de la City sobre el nuevo plan cambiario y el impacto que tendrá en el dólar

Martes 16 de Diciembre de 2025, 18:01

El analista económico Salvador Di Stefano analizó a fondo el cambio de estrategia del BCRA, que ajustará las bandas cambiarias por inflación pasada



Mientras el mercado afila el lápiz y mira de reojo al dólar, el economista Salvador Di Stéfano —bautizado desde hace años como “el gurú de la City”— salió a ponerle palabras al nuevo esquema cambiario del Banco Central y dejó una definición que no pasó desapercibida: para él, hay más ruido que cambios reales.

En medio de las expectativas por la política monetaria, Di Stéfano analizó el giro en la estrategia del BCRA, que decidió ajustar las bandas cambiarias según la inflación pasada. Según explicó, el esquema “ratifica a las bandas y la intervención en casos extremos” y apunta a un objetivo central: que “la inflación local busque converger con la inflación internacional”.

La lectura del analista va en sintonía con lo que informó oficialmente el Banco Central, que detalló que desde el 1° de enero de 2026 el techo y el piso de la banda de flotación evolucionarán al ritmo del último dato de inflación mensual informado por el INDEC, con dos meses de rezago. La intención, aseguran, es evitar saltos bruscos del tipo de cambio y aportar previsibilidad.

En su columna, Di Stéfano repasó números que siguen de cerca en la City y que muestran un cambio de escenario. Señaló que entre abril de 2024 y noviembre de 2025 la base monetaria pasó del 2,7% al 4,3% del PBI, el M3 subió del 14,5% al 16,7% y el crédito al sector privado saltó del 4,2% al 9% del producto. Para el economista, la estrategia apunta a “comprar reservas y aumentar la base monetaria, con el fin de remonetizar la economía”.

Según su proyección, esa política podría llevar la base monetaria hasta el 4,8% del PBI, lo que implicaría compras de reservas por hasta 10.000 millones de dólares y, en un escenario más ambicioso, incluso 17.000 millones.

Desde el Banco Central, sin embargo, marcaron límites claros. En el comunicado oficial aclararon que el programa de acumulación de reservas será consistente con la demanda de dinero y la liquidez del mercado cambiario, y que “inicialmente el monto de ejecución diaria estará alineado con una participación del 5% del volumen diario operado”, para no generar sobresaltos.

Uno de los puntos que Di Stéfano se encargó de subrayar —y que llevó tranquilidad a más de un operador— es que, según su mirada, no hay margen para una devaluación. “En ningún caso esto traerá como consecuencia una devaluación del signo monetario”, afirmó, y explicó que la premisa del esquema es “alinear los aumentos locales a los internacionales”.

Incluso frente a la habitual caída estacional de la demanda de pesos, el economista se mostró optimista. Descartó presiones cambiarias fuertes y enumeró los factores que juegan a favor: superávit fiscal, ausencia de emisión monetaria, reducción de la deuda, ingreso de dólares desde el exterior, una buena cosecha y más exportaciones del sector energético.

Además, Di Stéfano deslizó un dato político clave: el nuevo diseño “deja satisfecho al FMI”, que venía reclamando un esquema más claro de acumulación de reservas. En la misma línea, el BCRA confirmó que continuará “normalizando gradualmente la política de encajes bancarios”, siempre con el foco puesto en la estabilidad de precios y la recuperación del crédito.

Para el “gurú de la City”, el Gobierno no cedió en sus banderas centrales. “No se ha arriado ninguna de las banderas sobre emisión de dinero, tipo de cambio y tasa de interés”, sostuvo, y agregó que el sistema busca “adecuar el stock de moneda a la demanda del público” para evitar excedentes que presionen sobre la inflación.

El propio Banco Central reforzó esa postura al asegurar que mantendrá “un sesgo monetario contractivo” mientras la inflación local siga por encima de la internacional.

Con números en mano, Di Stéfano cerró su análisis con una frase que resonó fuerte en el mercado. Según las proyecciones del REM, las bandas para julio de 2026 ubicarían el techo en torno a los $1.736, el piso cerca de $800 y el centro de la banda en $1.268. Para el analista, esas diferencias muestran que “la variación es poco significativa” frente al esquema anterior.

La conclusión fue tan filosa como directa: “Las bandas cambian, pero no tanto. Mucho ruido, pocas nueces. Todo sigue igual y vamos a acumular reservas en la medida en que no haya efecto inflacionario”. Una frase que, en la City, ya empezó a circular como titular propio.