Miércoles 17 de Diciembre de 2025, 05:08

CASO COMPLEJO. El Máximo Tribunal tucumano deberá resolver la cuestión planteada tras la confesión de la joven, cuando su padre ya cumplió casi la mitad de la condena impuesta.
"Haré todo lo posible por la justicia, aunque me cueste la vida. Mi mamá me pegaba brutalmente para obligarme a decir que mi papá me había abusado, cuando yo le suplicaba que el verdadero culpable era un vecino", confesó con voz quebrada S.A.R., la joven tucumana que ahora lucha con todas sus fuerzas para revertir la condena de 13 años de prisión que pesa sobre su padre, F.R.R., de 43 años. }
Sus abogados, Silvia Furque y Cergio Morfil, elevaron el recurso ante la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, en un caso que expone el horror de una manipulación materna que destruyó una familia.
Todo comenzó con la denuncia de octubre de 2015, presentada por E.R.P., la madre y ex pareja del condenado. Ella afirmó que F.R.R. había violado a su hija cuando la niña tenía entre 5 y 6 años, aprovechando ser el único adulto en el hogar. Contó que supo del supuesto abuso por el relato de la menor, entonces de 15 años.
Pero la verdad oculta era devastadora: "Yo nunca lo denuncié; fue mi madre quien lo hizo todo", reveló S.A.R., con lágrimas en los ojos. "Me repetía sin cesar que tenía que culpar a mi papá. Cada vez que intentaba decirle la verdad, que había sido otra persona, me golpeaba con furia".
En la Cámara Gesell, la psicóloga Liliana Arias detectó indicadores de abuso y descartó influencia materna. Sin embargo, la joven recuerda ese momento con terror: "Me acuerdo perfectamente. Llevé una camperita gruesa para esconder los moretones y hematomas que cubrían mi cuerpo, fruto de las palizas para que incriminara a mi padre inocente".
El juicio oral llegó en septiembre de 2019. El acusado clamó su inocencia: "Esto es una invención cruel porque ella no aceptó la separación. Lo decidí por el bien de los chicos, para que no siguieran sufriendo nuestras peleas constantes", explicó. Reveló que familiares de su ex le habían confiado que la niña podría haber sido víctima del nieto de la dueña de una casa donde vivieron. Pero el tribunal ignoró su defensa y lo condenó a 13 años, separándolo para siempre de sus hijos.
El punto de quiebre llegó en marzo de 2021, cuando S.A.R., con apenas 16 años, llamó desesperada a la hermana de su madre para confesar la violencia que azotaba su hogar. La tía las rescató a ella y a sus hermanos, y juntas denunciaron en comisarías hasta llegar a la Comisaría de la Mujer.
Allí, por primera vez, la joven gritó la verdad: la acusación contra su padre era una mentira impuesta. Intervinieron la Dirección de Niñez y la Oficina de Violencia Doméstica. "Conté el infierno que vivíamos y repetí que mi madre me había forzado a mentir sobre el abuso de mi papá", relató.
Las autoridades prometieron protección, pero aclararon que no podían tocar la condena penal. Desde entonces, los hermanos viven con su tía, lejos del horror.
"Rompí el silencio al conocer el caso de Pablo Ghisoni. Decidí no callar más, aunque busqué ser escuchada en vano hasta ahora", confesó. "Hablé con él; me advirtió que es casi imposible revertir esto. Pero lucho por mi papá y por mí".
En terapia desde que denunció a su madre, añadió con dolor: "Entendí que no sanaré mientras cargue esta culpa que me atormenta. Solo diciendo mi verdad podré seguir adelante".
El caso de Pablo Ghisoni, el médico que pasó tres años preso por una denuncia falsa de abuso contra dos de sus hijos, impulsó a S.A.R. Ghisoni fue acusado tras la separación, en un conflicto por la custodia. En 2016, durante visitas, su ex, la médica Andrea Vázquez, lo denunció por maltrato y luego por abuso, respaldada por dos hijos; el tercero nunca lo apoyó.
Detenido, pasó dos años en una clínica psiquiátrica y uno en domiciliaria, perdiendo todo.El giro llegó cuando uno de sus hijos, hoy de 20 años, publicó en redes: "No inventé la mentira; fue impuesta por mi madre, en quien confiaba ciegamente".
Detalló cómo, desde los 9 años, lo instruyeron para mentir en tribunales, creando una "verdad emocional" falsa. "Perdí a mi familia y a mi papá por más de una década", lamentó con el corazón roto.
Absuelto, Ghisoni denunció la "ideología de género" en la Justicia: "La palabra de una mujer se toma como verdad absoluta, dejando a los hombres en total desventaja". Su caso impactó nacionalmente, iniciando investigación contra la madre. Hoy, reunido con sus hijos tras años de separación forzada, da charlas para alertar sobre estas tragedias que destrozan vidas inocentes.
En Tucumán, el eco de este dolor resuena: una hija atormentada busca redimir a su padre, exponiendo cómo una mentira cruel puede robar años irrecuperables y fracturar almas para siempre.
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