
Miércoles 17 de Diciembre de 2025, 22:08
Los pumas del Parque Nacional Monte León, en la costa atlántica de Santa Cruz, incorporaron de forma sistemática a los pingüinos de Magallanes en su dieta, un comportamiento inédito en la región que está transformando la dinámica ecológica local. El fenómeno fue documentado por un estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society y se vincula directamente con procesos de restauración ambiental y cambios históricos en el uso del territorio.
La investigación revela que, tras décadas de persecución humana a los grandes depredadores durante el siglo XX y la posterior creación del parque nacional en 2004, los pumas se encontraron con una abundante y nueva fuente de alimento: una colonia continental de aproximadamente 40.000 parejas reproductoras de pingüinos de Magallanes. Este escenario favoreció una interacción depredador-presa que antes no existía a gran escala.“Más que una nueva estrategia de los pumas, se trata de una interacción inesperada”, explicó a Infobae Emiliano Donadio, director científico de Rewilding Argentina y coautor del estudio. Según detalló, la eliminación histórica de depredadores permitió que los pingüinos, que normalmente nidifican en islas, colonizaran la costa continental. Con la reducción de la caza de pumas y la conversión de antiguas estancias ganaderas en áreas protegidas, los felinos regresaron y comenzaron a aprovechar esta nueva presa.
En cuanto al impacto sobre los pingüinos, los investigadores indicaron que no se registraron efectos negativos significativos. Los censos realizados entre 2004 y 2017 muestran que la colonia se mantuvo estable e incluso creció levemente, lo que sugiere que puede soportar los actuales niveles de depredación.
La presencia de pingüinos también genera efectos indirectos en el ecosistema terrestre. Durante los meses en que las aves están en la colonia, los pumas disminuyen la caza de guanacos, especialmente en una etapa clave para la supervivencia de sus crías. Sin embargo, los monitoreos indican que la población de guanacos se mantiene estable y no muestra cambios significativos a largo plazo.
Según Donadio, el caso de Monte León ilustra cómo la restauración ambiental puede reactivar procesos ecológicos complejos. “Los pingüinos se alimentan en el mar, pero muchos son cazados en tierra y sus restos fertilizan el suelo. Los pumas que cazan pingüinos conectan el mar y la tierra, mostrando formas impensadas en las que funciona la naturaleza cuando logramos restaurarla”, afirmó.