Las ocho causas abiertas contra el Petiso David con las que se topó el fiscal federal que lo investiga

Sábado 20 de Diciembre de 2025, 06:37

DROGAS Y ARMAS. El resultado del último allanamiento que se efectuó en una de las viviendas de Walter "Petiso David" Lobo.



La Justicia Federal con asiento en Tucumán profundizó una investigación por presunto lavado de activos vinculados al narcotráfico que tiene como principal imputado a Walter “Petiso David” Lobo, quien tomó conocimiento de los nuevos allanamientos y medidas judiciales mientras se encontraba internado en un sanatorio privado. El acusado se recuperaba de una cirugía renal, de complicaciones derivadas de un bypass gástrico y de una afección cardíaca, antes de ser trasladado nuevamente al penal de Benjamín Paz, donde cumple prisión preventiva.

Según trascendió, al momento de recibir el alta médica, Lobo fue notificado formalmente de que la Fiscalía Federal lo investiga junto a varios integrantes de su entorno familiar por maniobras de lavado de dinero que tendrían como origen el tráfico de estupefacientes. Su defensor, Augusto Avellaneda, rechazó de plano la imputación y calificó la acusación como “una locura”, al sostener que su asistido “nunca estuvo vinculado al narcotráfico” y que la causa original en su contra fue “armada por policías de la Unidad Regional Norte que hoy están detenidos”. En ese sentido, remarcó que ya se habría probado que la marihuana secuestrada en su domicilio correspondía a otro procedimiento previo.

Más allá de la defensa, el fiscal federal Agustín Chit, con la colaboración de un equipo coordinado por la auxiliar Julia Vitar, adoptó una decisión clave: unificar y analizar de manera integral todas las causas por drogas en las que Lobo aparece mencionado o investigado desde 2012 en distintas jurisdicciones del país. Ese entrecruzamiento de expedientes permitió reconstruir un historial judicial extenso y fragmentado que, hasta ahora, nunca había sido evaluado en su totalidad.

La primera investigación se remonta a 2012, en Salta, cuando un hombre detenido con cocaína señaló a “Petiso David” como comprador habitual de droga en Orán, con destino a Tucumán y Córdoba. En ese expediente, Gendarmería Nacional corroboró la operatoria y determinó que utilizaba un Fiat Siena registrado a su nombre, además de viviendas ubicadas en Yerba Buena, Banda del Río Salí y la capital tucumana.

Entre 2015 y 2017, el Juzgado Federal de Orán acumuló al menos tres causas más. En una de ellas, Lobo fue vinculado al transporte de siete kilos de cocaína, procedimiento en el que resultaron detenidos su entonces pareja, Sandra Tejerina, y otros dos hombres. Escuchas telefónicas incorporadas a la causa permitieron identificar a Orlando “Pelado” Miranda como proveedor de la droga. También surgieron menciones a conflictos personales con otra ex pareja, María Valeria Linch, quien hoy figura bajo investigación por lavado de activos y cuyo intercambio telefónico quedó incorporado como prueba.

En paralelo, durante 2015 se abrieron dos causas en Córdoba, donde Lobo fue señalado como presunto líder de una organización dedicada a la comercialización de estupefacientes, con Dante Astorga como socio y Tejerina como presunta “valijera”. Años después, en 2020, la Justicia Federal de Tucumán lo investigó como posible integrante de una red de narcomenudeo encabezada por Juan José “Tato” y Jonathan “Cuchi” Tagles, familiares de su ex esposa Claudia Noemí Tagles.

El punto de quiebre llegó el 2 de octubre pasado, cuando por primera vez se hallaron estupefacientes en su vivienda. A partir de ese procedimiento, fue procesado por tenencia de drogas con fines de comercialización y se ordenó su prisión preventiva, medida que actualmente cumple.

La investigación federal también reveló que, a lo largo de una década, Lobo fue mencionado de manera recurrente como usuario de vehículos vinculados a operativos de tráfico de drogas. Informes de la Procuraduría de Narcotráfico, Gendarmería Nacional y la Policía de Seguridad Aeroportuaria consignan su nombre entre 2012 y 2022 en causas relacionadas con cocaína y pasta base, lo que reforzó la hipótesis de una actividad sostenida en el tiempo.

Una de las preguntas centrales que ahora intenta responder la Fiscalía es por qué, pese a ese cúmulo de antecedentes, Lobo nunca había sido procesado de manera integral. Fuentes judiciales admiten que la falta de coordinación entre jurisdicciones y el escaso intercambio de información entre fiscales y fuerzas de seguridad contribuyeron a que los expedientes avanzaran de forma aislada. Recién un año después de iniciada la pesquisa en Tucumán, Chit logró reunir el conjunto de datos que hoy sustentan la nueva acusación.

El contexto no es menor: Orán, la jurisdicción con más causas contra Lobo, fue escenario de graves hechos de corrupción judicial. El ex juez federal Raúl Reynoso fue condenado a 13 años de prisión por favorecer a narcotraficantes, y recientemente se confirmó el procesamiento del ex fiscal José Luis Bruno. Varias de esas investigaciones coinciden temporalmente con los expedientes en los que aparece mencionado “Petiso David”.

En paralelo, la causa incorporó indicios sobre posibles vínculos con el Estado. Según consta en la investigación, la esposa y una hija del imputado figuraban como empleadas públicas, aunque no se precisó en qué organismos. Ante esa información, el gobernador Osvaldo Jaldo fue tajante: aseguró que toda persona involucrada en causas de este tipo será apartada de la administración pública.

Con este nuevo impulso, la megacausa por lavado de activos y narcotráfico avanza ahora con una mirada integral sobre más de una década de investigaciones dispersas, colocando nuevamente a “Petiso David” Lobo en el centro de uno de los expedientes federales más sensibles de la provincia.