Martes 23 de Diciembre de 2025, 09:32
Además de imponerle una restricción de 300 metros, allanar las propiedades y secuestrarle las computadoras y los celulares fue una de las primeras medidas que se tomó en la causa en la que se investiga si el empresario Marcelo Porcel (51) abusó de al menos nueve chicos, dos de ellos hermanos, compañeros de sus hijos del colegio Palermo Chico, con modus operandi persistente que funcionaba captando la confianza de los chicos, pero también la de sus padres. Y en dos teléfonos los peritos hallaron imágenes clave.
Fuentes del caso dijeron que se trata de dos celulares marca XIAOMI (modelos M2007J3SY y 2208121206) que fueron secuestrados durante los procedimientos en el domicilio del imputado de la avenida Godoy Cruz al 3000, en el barrio porteño de Palermo, en septiembre de 2024.
Todo fue peritado por un especialista de la División Análisis y Pericias Tecnológicas (DAPT). El informe, con fecha del 29 de octubre pasado, consta en la causa que investiga la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°1 de Pablo Turano, y que tramita ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°50, a cargo del juez Carlos Bruniard.
Allí, el especialista dejó en claro que, digitalmente, se “identificaron 23 imágenes tentativamente de interés” en uno de los teléfonos, pero finalmente se quedó con “cinco”, que podían estar vinculadas a la causa contra el empresario.
Fuentes del caso describieron que, en ese pack de cinco fotos, se ve a un adolescente “desnudo de frente y de cuerpo entero bajo la ducha”. Como anotación dejó en claro que “aparenta ser una captura de pantalla” de una cámara oculta. Luego, en otra imagen, el especialista resaltó que se ve a un chico vistiéndose: “Poniéndose un calzoncillo al lado de una cama, totalmente desnudo”.
“De las cinco imágenes hay dos capturas de video de un mismo menor desnudo, de frente, en el interior de una bañera de doble puerta de vidrio traslúcido”, ampliaron las fuentes del caso y destacaron que fueron reconocidas por una de las víctimas y por sus padres, que son uno los siete querellantes del caso.
Y continuaron: “(La víctima) Identificó con exactitud que el lugar era el baño que usaban los menores cuando iban a quedarse a dormir en el departamento de la familia Porcel”. De ese domicilio de la calle Godoy Cruz, el acusado se mudó tras el escándalo.
En tanto, en el otro celular peritado, el especialista constató la existencia de “tres imágenes de personas presuntamente menores de posible interés para la causa”.Porcel, actualmente en Punta del Este por el casamiento de su sobrina, fue denunciado en julio de 2024 por llevar a los adolescentes a su domicilio de la calle Godoy Cruz y a su oficina de Avenida del Libertador, del barrio porteño de Retiro, en donde organizaba “reuniones y fiestas”. Según la causa, todo esto sucedió “de manera reiterada durante los años 2022 al 2024? y sin poder precisar la cantidad de veces.
Allí, siempre según la causa, les proveía alcohol, organizaba juegos, apuestas online y desafíos en los que les ofrecía dinero como recompensa, “incitándolos a desnudarse completamente en la parte inferior de sus cuerpos, a fin de lograr observar sus partes íntimas”.
Durante estos encuentros, los chicos contaron en Cámara Gesell que el empresario “les efectuaba masajes con cremas, tanto en piernas y espaldas, llegando en algunas ocasiones a tocar y/o rozar las partes pudendas”.
El fiscal Turano cuando pidió la indagatoria el pasado 3 de diciembre lo hizo por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por la multiplicidad de víctimas, corrupción de menores agravada y producción de representaciones de un menor de (18) años de sus partes genitales con fines predominantemente sexuales. No adhirió a la solicitud de la querella del arresto del imputado.
Pero Porcel aún no fue indagado. ¿La razón? La querella sumó a un nuevo denunciante y entonces el expediente debió volver a manos de Turano para que le corra vista. Una vez resuelto este paso procesal obligatorio, el juez Bruniard podrá decidir cuándo citar al imputado.
La única restricción vigente hasta el momento es la prohibición absoluta dictada el 30 de septiembre de 2024 que impide a Porcel acercarse o tomar contacto, ya sea de manera presencial en un radio de 300 metros, o a través de dispositivos electrónicos, con los menores víctimas, los menores testigos y sus familiares directos.
El expediente muestra que el imputado no ha impugnado ninguna de las pruebas aportadas por los padres, ni el carácter de querellante de los progenitores ni la capacidad de los menores para declarar ni los informes periciales psicológicos y técnicos.
/Diario de Cuyo