Pasó la Nochebuena de 2025 y los controles de alcoholemia se hicieron presentes en varios puntos de la Ciudad de Buenos Aires, como parte del operativo de prevención de accidentes por el consumo de alcohol. Algunos conductores intentaron evitar sanciones con insólitas excusas, y otros dejaron para el recuerdo algunas consultas que descolocaron a los agentes de tránsito.
Las imágenes difundidas por la Policía de la Ciudad mostraron, por ejemplo, a una mujer a la que, en los primeros intentos,
le costó soplar "sin cortar", según las instrucciones que recibió, para que la "pipeta" indicara correctamente el resultado del test.
Entre un intento y otro alcanzó a preguntar:
"Este no está tocado por otro, ¿no?". La oficial, molesta por la interrupción, respondió con un tajante
"no". Luego le pidió que la escuche con atención.
"Después nos llenamos de preguntas", completó en su reto.
Tras algunos intentos más, por fin salió el resultado que
resultó positivo. 1,25 gramos de alcohol en sangre. En consecuencia, su licencia iba a ser retenida y el auto, llevado a un lugar de acarreo.
"Me lo van a acarrear bien, no", alcanzó a preguntar la mujer, mientras ponía como excusa:
"Vivo acá a la vuelta". En las próximas horas confirmará si el auto fue bien o mal acarreado.
En otro caso,
un hombre con 0,07 gramos por litro de sangre, no sufrió sanción alguna y pudo seguir camino con su vehículo y licencia. Sin embargo, dejó algunas inquietudes curiosas.
"El Listerine no te arroja ese valor?", preguntó y generó el desconcierto de la oficial. El hombre contó que no brindó y que salía de trabajar, y reiteró, con preocupación, que usa dicho producto para la higiene bucal, que tiene alcohol.
Confesó además haber consumido
aceite de oliva y preguntó si el resultado se incrementaba por eso. Entre tanta sorpresa por las preguntas,
le respondieron de manera negativa y lo dejaron ir.