Jueves 25 de Diciembre de 2025, 18:09

En paralelo al crecimiento de las aplicaciones, el sistema de transporte urbano de pasajeros atraviesa una de sus peores crisis en décadas.
El sistema de transporte urbano de Tucumán atraviesa una transformación estructural. La entrada en vigencia de las ordenanzas municipales que regulan el funcionamiento de plataformas digitales marcó un punto de inflexión: Uber y Uber Moto dejaron de operar en la informalidad y pasaron a ocupar un rol central en la movilidad diaria del Gran San Miguel de Tucumán, desplazando tanto al taxi tradicional como al transporte público de pasajeros.De acuerdo con estimaciones del sector, actualmente circulan más de 3.000 vehículos vinculados a plataformas digitales en el área metropolitana. La cifra incluye automóviles particulares y motocicletas, conformando una flota que supera ampliamente la capacidad operativa del sistema de taxis y compite directamente con el servicio de colectivos urbanos.
El fenómeno más marcado es el crecimiento de Uber Moto, que ya representa cerca del 35% del total de viajes realizados mediante aplicaciones. Su expansión está asociada a dos factores centrales: el colapso del tránsito urbano y el deterioro del poder adquisitivo, que empuja a los usuarios a priorizar rapidez y costo por sobre cualquier otro atributo.
La brecha tarifaria, el punto de quiebreEl precio del viaje se consolidó como el principal determinante del cambio de hábitos. Un relevamiento sobre un trayecto estándar —desde Plaza Independencia hasta el centro comercial de Yerba Buena, unos nueve kilómetros— refleja con claridad la diferencia entre los sistemas.
Un taxi habilitado aplica actualmente una bajada de bandera cercana a los 900 pesos, más fichas por distancia y tiempo de espera. El valor final del recorrido oscila entre 6.500 y 7.000 pesos, dependiendo del tránsito.
En Uber, el mismo trayecto se cotiza en torno a los 5.000 pesos, con tarifa cerrada antes de iniciar el viaje. En el caso de Uber Moto, el costo desciende a un rango de entre 2.500 y 2.800 pesos, lo que representa un ahorro superior al 60% frente al taxi y una diferencia aún mayor respecto del transporte público si se consideran tiempos y combinaciones.
El deterioro del sistema de colectivosEn paralelo al crecimiento de las aplicaciones, el sistema de transporte urbano de pasajeros atraviesa una de sus peores crisis en décadas. La frecuencia irregular, la reducción de recorridos, las unidades obsoletas y la falta de inversión sostenida provocaron una pérdida constante de usuarios.
Empresarios del sector reconocen que la caída de pasajeros es sostenida desde hace varios años y se profundizó durante 2024 y 2025. A esto se suma el aumento del costo operativo —combustible, repuestos y salarios— y la dependencia de subsidios estatales que resultan insuficientes para sostener el servicio en condiciones aceptables.
Las quejas de los usuarios se repiten: demoras superiores a 40 minutos, unidades saturadas en horas pico, recorridos recortados y falta de previsibilidad. En ese contexto, muchos pasajeros optaron por abandonar el colectivo y migrar hacia las aplicaciones, aun cuando el costo individual sea mayor, pero con una diferencia sustancial en tiempo y comodidad.
Seguridad, trazabilidad y controlOtro factor que explica el crecimiento de las plataformas es el cambio en los estándares de seguridad. Cada viaje queda registrado digitalmente, con identificación del conductor, del vehículo y del recorrido completo mediante GPS.
Además, las aplicaciones operan con seguros de responsabilidad civil incluidos en cada traslado, lo que brinda cobertura automática a pasajeros y conductores. Este punto fue clave para la regularización del servicio por parte del municipio, que ahora cuenta con herramientas formales de control.
En contrapartida, el transporte tradicional carece de sistemas de trazabilidad en tiempo real, lo que limita la capacidad de fiscalización y genera desconfianza en los usuarios.
Eficiencia y tiempos de trasladoEn una ciudad con congestión crónica, especialmente en el microcentro y los accesos a Yerba Buena, la eficiencia se volvió determinante. Las motocicletas lograron reducir a la mitad los tiempos de traslado en horarios pico.
Viajes que antes demandaban entre 35 y 45 minutos en colectivo o automóvil hoy se realizan en 15 o 20 minutos en moto, una diferencia que explica su rápida adopción entre estudiantes, trabajadores y profesionales.
Un cambio estructural en la movilidad urbanaAl cierre de 2025, el escenario es claro: Tucumán atraviesa un cambio profundo en su sistema de transporte. La combinación de tarifas competitivas, mayor previsibilidad, rapidez y control digital consolidó a las plataformas como el eje del nuevo esquema de movilidad.
El sistema de taxis enfrenta el desafío de reconvertirse, mientras que el transporte público atraviesa una crisis estructural que aún no encuentra respuesta definitiva.
Lejos de ser una tendencia pasajera, el avance de las aplicaciones confirma un cambio de paradigma: el usuario eligió eficiencia, precio y previsibilidad, y el mercado se reordenó en función de esa demanda.
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