Domingo 24 de Abril de 2016, 12:51
Por Nicolás Wiñazki
Clarín
Esas bóvedas, a su vez, bodegas, estaban equipadas con dispositivos para atesorar el “cash”, algo que también se hacía en escondrijos más primarios. Cajas enterradas en la tierra.
La causa judicial conocida como “La Ruta del Dinero K” sumó testimonios, pruebas, indicios concretos y documentos de importancia variable sobre los secretos de las “bóvedas” sureñas.
Su testimonio fue apabullante. El fiscal Guillermo Marijuán decidió imputar completa a la ex presidenta Cristina Kirchner, entre otros ex funcionarios del último gobierno nacional.
Fariña dio datos ese día de las “bóvedas” que poseía su ex jefe Báez. Dijo que conoció una de ellas en la chacra en la que vivía Lázaro antes de caer preso. Según afirmó el “arrepentido”, los millones que vio allí, y que supo que estaban repartidos en varios lugares similares, provenían “del negocio que tenía en común Néstor Kirchner con Lázaro Báez”.
Clarín pudo reconstruir más “secretos” de las “bóvedas” de “La ruta del Dinero K”.Siempre según el relato de fuentes de la causa, los investigadores analizan otros puntos e inmuebles en los que Báez habría escondido dinero en efectivo –dólares estadounidenses y también euros– en montos multimillonarios.
En las “bodegas” en las que el empresario solía atesorar su champagne preferido, también instaló casilleros para guardar fajos de esas divisas extranjeras.
En la causa también consta que en esas “bóvedas” se guardaban, según testigos, armas largas, como “ametralladoras”.
Siempre según testimonios verbales y documentados en el expediente, Báez también habría levantado en terrenos que no se identificarán para no entorpecer el accionar judicial, diferentes construcciones, que a simple vista, podrían confundirse como funcionales para la dinámica de las casas de alrededor.
Alrededor de esas construcciones extrañas, siempre según información del expediente, habría diferentes custodios con armas pesadas.
Esos “soldados del dinero K” trabajarían formando diferentes “anillos” de seguridad, copiando los protocolos de las custodias policiales.
¿Están esas propiedades registradas a nombre de los Báez? Se trata de un enigma que develará la Justicia. O no. Fariña dijo en su primera declaración que la plata que llegaba desde el sur a Buenos Aires viajaba por aire, y también por tierra, en camionetas Toyota Hilux, siempre cuidada por miembros de fuerzas de seguridad.
El “arrepentido” Fariña también especificó que los multimillones de la fortuna que identificó como de Baéz y de Kirchner también se solían depositar en cajas de seguridad de la financiera “SGI” –conocida en el mundo de los funcioanrios y los negocios del kirchnerismo como “La Rosadita”, por su estrecha relación con la Casa de Gobierno–; y agregó que podía repartirse en otras “cuevas” de la city o Puerto Madero.
El “arrepentido” describió el lugar exacto en la que se encontraba uno de esos “tesoros” porteños, y hasta enumeró la supuesta clave para abrir la caja fuerte que estaba allí.
Báez también habría usado departamentos de la Ciudad de Buenos Aires para guardar su fortuna oculta. Y hasta la “Casa de Santa Cruz”, un organismo público.
Fariña dice que a partir de 2010 ese dinero empezó a viajar por tierra hacia Chaco. Báez había comprado una constructora en esa provincia.
En el 2013 el programa PPT, de Jorge Lanata, por Canal 13, denunció que Lázaro tenía una “bóveda” en su casa de Río Gallegos, basándose en pruebas presentadas en la Justicia por la dirigente de Cambiemos Mariana Zuvic. Él lo negó.
En la causa de “La Ruta del Dinero K” constan ahora nuevos testimonios sobre las “bóvedas”. Un protagonista de esta trama afirmó ante el juez que quienes estaban encargados de trasladar siempre ese dinero eran los hijos del hoy preso Báez. Tanto Martín, imputado en la misma causa que su papá, como su hermano Leandro.
Lázaro Báez: un imperio de propiedades bajo sospecha
La chacra de Lázaro Báez en las afueras de la ciudad de Río Gallegos.
Con los portones del vivero abiertos y los regadores de césped activados, la chacra de Lázaro Báez en Río Gallegos, lugar de encuentro durante años con Néstor Kirchner, redujo sustancialmente su movimiento el último mes. Fue el refugio del empresario K cuando se difundieron las imágenes de la financiera SGI donde se lo ve a Martín, el mayor de sus hijos varones, contando millones de dólares. Denunciada por Elisa Carrió como la propiedad donde se construyó una bóveda en el sótano, para guardar dinero y documentación, la propiedad de 300 metros cuadrados cubiertos, es protegida por empleados de Báez que estacionan diariamente tres vehículos en el acceso principal.
En la casa rodeada de pinos y una media sombra negra, Báez construyó un refugio con algunos gustos: cancha de fútbol y pileta climatizada. Ubicada a quince minutos del centro de Río Gallegos, se destaca en la zona por la gran antena de comunicaciones que tiene y el sistema de cámaras de seguridad instalado, pese a ser una zona de poca circulación.
Estos últimos días, desde que el titular de Austral está detenido en el penal de Ezeiza, la propiedad es celosamente custodiada por personal de seguridad que diariamente va al lugar y marca presencia. Aye,r la última persona se retiró a las 16. Por la noche, el silencio y la poca iluminación de la zona, se convierten en buenos aliados para una de las propiedades más denunciada por la oposición como posible “escondite” del dinero.
A pocos minutos de ahí, transitando la avenida Asturia pavimentada por Austral, se encuentra sobre la calle Güer Aike un galpón que en 2013 fue allanado por la Justicia. En su interior Báez guardaba su “flota negra” de autos de alta gama, valuada en $ 5 millones. En las últimas 48 horas el movimiento fue más intenso que lo habitual: dos camionetas Ford Ranger y un auto chevrolet permanecieron todo el día protegiendo la propiedad.
Es la estancia que más utilizaba para descansar los fines de semana por la familia Báez y que fue centro de reuniones con sus asesores, en medio de las denuncias por lavado de dinero. Menos visitada pero nunca sola, siempre hay una persona cuidándola. Ahora le quitaron el cartel con su nombre en la entrada. Quizás, pretendiendo que pase desapercibida.
A pocos kilómetros de allí, está “La Julia”, una de las primeras estancias que compró Báez y por la que pagó 800.000 dólares. Siempre iluminada y custodiada, ahora por una sola persona, cuenta con una casa construida por Austral, de dos plantas. Tiene tres dormitorios con baño privado y en la planta alta, habitaciones montadas como oficinas. Según personal que trabajó allí, se instaló un importante sistema de comunicaciones. Estos campos tienen borrados los pasos de servidumbre para evitar cualquier visita inesperada.