Se alejó sorpresivamente de los medios e inició un camino de consagración religiosa.Colabora en hospitales públicos junto con su hermano Juan Segundo.
La misteriosa y nueva vida de Millie Stegman lejos de la tevé
Lunes 09 de Octubre de 2017, 09:36
Es misterioso el camino que transitamos. Lleno de giros e incertidumbre, pocas cosas son las que efectivamente están enteramente bajo nuestro control. Cualquier predicción que se pudiera haber hecho sobre el rumbo que iba a tomar la vida de Millie Stegman, una de las actrices que marcaron una época en la televisión, hubiese sido errada. Fue heroína, malvada y también arribó a la conducción cuando sintió que las tiras diarias le dejaban poco margen para su vida personal. Sin dudas fue una de las morochas que sabían encender la pantalla cuando los programas alcanzaban picos de rating que hoy son impensados. Incluso hasta se animó a participar del Bailando, pero todo eso conforma un capítulo tan distante de su presente que parece parte de una vida anterior.
Se alejó cuando todavía había tela para cortar, no fue una actriz de las que luego de madurar dejan de ser convocadas, simplemente sintió que había cumplido una etapa, ahora su deseo y su realización personal pasaban por otra senda. Una más íntima, personal y transformadora. Una revolución interior, una experiencia religiosa que cambió las prioridades y reconfiguró a una nueva mujer. Ese llamado no podía desoírse y no ofreció resistencia. Stegman se alejó de los flashes, descartó ofrecimientos y se dispuso a ayudar a los demás: "Esto es algo que surge del amor. Y lo hago porque así lo siento, no para que se me reconozca por eso. El servicio es algo que nace de mi creencia en Dios. Además, me encanta trabajar en jardinería y con las plantas. Me hace bien. Ese es mi trabajo. Y también rezar", dijo cuando trascendió su trabajo en los hospitales públicos.
Millie sigue cultivando su perfil bajo y transitando su camino religioso. Indiferente a los flashes de los fotógrafos, despreocupada del minuto a minuto.