Miércoles 09 de Enero de 2019, 16:00 | La actriz, que estrena hoy la obra Una semana nada más, en un mano a mano en el que habló de todo: el amor, la fama, los conflictos y la maternidad.
“Todos nuestros sueños se pueden hacer realidad si tenemos el coraje de perseguirlos”. A fuerza de talento y carisma,
Flor Vigna (24) encarna a la perfección la frase de Walt Disney. A ella no le faltaron sueños. Y mucho menos el coraje para perseguirlos.
Durante su niñez y adolescencia en Floresta -barrio dónde aún hoy vive con su familia-,
Vigna se imaginaba en la tele y arriba de un escenario, mientras sus padres trabajaban a más no poder en una perfumería:
“Vengo de una familia súper laburante”, dice con orgullo y emoción.
El ejemplo del esfuerzo tuvo sus frutos: en tan solo cinco años,
Flor construyó una carrera meteórica. En una sucesión de sueños cumplidos, la joven se consagró tricampeona de Combate, ganó dos Bailando, protagonizó en el prime time la tira Mi hermano es un clon y ahora se prepara para subirse a las tablas al frente de Una semana nada más, obra que estrena hoy por la noche.
La comedia, que encabeza junto a
Nicolás Vázquez y
Benjamín Rojas en El Nacional, se ha transformado en la nueva pasión de
Flor:
“Amo mucho a esta obra, tengo ganas de que el mundo la conozca”, confiesa en un mano a mano íntimo.
-¿Cuál te parece el mayor atractivo de la obra?-Es muy divertida y hay muchas situaciones con las que el público se puede dentificar. Es un comedia sobre una pareja, que somos Nico y yo, que era perfecta, hasta el momento en que deciden convivir. Mi personaje es una maniática del orden y el de Nico es bastante volado. Entonces, Nico empieza a no soportarla y decide separarse. En vez de decírselo, es un cagón, y llama a su mejor amigo para decirle ’necesito que vengas a vivirte a casa con alguna excusa y vamos a hacer que se enoje y que se vaya de acá’. Y ahí empiezan a pasar un montón de cosas muy graciosas.
-¿Y con Nico Occhiato, tu pareja, tienen ganas de probar la convivencia?-Él es de Ramos Mejía y ahora se vino a vivir a Capital. La idea era que él se mudara solo… pero, bueno, noche va, noche viene... ja, ja. Termino teniendo un montón de cosas ahí. Así que es como una convivencia y somos bastante cómplices. Los dos tenemos vidas agitadas; el año pasado él estaba conduciendo tres programas, yo estaba con la tira, ensayando el teatro y en un momento en el Bailando. Entonces, no hay una convivencia de estar todo el día juntos, sino una ‘cuchareada’ a la noche, una charla extensa y vernos bien el fin de semana. Pero es su casa, yo todavía vuelvo al rancho. En realidad, ¡voy durmiendo en distintas casas! A veces voy a lo de mi vieja, otras a lo de una amiga y otras a lo de mi novio.
-¿Sos muy nómade?-Sí. Y necesito ese saborcito social cuando termino el día. No me puedo volver como una ’loca mala’ a mi casa. Tengo que charlar de mi día, hablar de boludeces un rato, me pasó este año de tener jornadas de mucha carga laboral y una presión positiva, entonces necesitaba estar con una amiga y hablar de tonterías.
-¿Sos consciente de que arrancaste en Combate en 2014, solo cinco años atrás, y ya estás protagonizando en tele y teatro?-¡Es una locura! Una locura muy linda, pero también muy trabajada y deseada. Creo que es la punta del iceberg, porque yo vengo estudiando desde los 11 años teatro. Hice mucho teatro under, tengo un hermano que también es actor y titiritero, que sigue haciendo obras en el off. Yo también era de ese mundo hasta que llegó Combate. Fue muy loco, porque pensé que iba a durar una semana y me fui quedando… ¡hasta que pasaron tres años! Después llegó el Bailando, que me encanta bailar pero, como habrán visto, padezco mucho el mundo mediático. Entonces, me preguntaba si era mi lugar y se dio. Pero mi objetivo siempre fue la actuación, así que anhelaba esta oportunidad. Con el tiempo se dio. Si me preguntás qué me gustaría hacer de acá en adelante, me encantaría trabajar con Cris Morena o Juan José Campanella.
-¿Cómo hiciste para no marearte con una fama tan fuerte y repentina?-No hay mucha gente a mi alrededor mareada, lo que hace que yo tampoco me maree. Creo que tiene un gran mérito mi familia, mi gente. Y que soy así, porque uno no puede cambiar su esencia. Además, todo fue muy progresivo: no es que me metí en la casa de Gran Hermano, salí y era todo una locura. Se fue dando todo progresivamente y con mucho esfuerzo. El esfuerzo te hace dar cuenta que nada viene de arriba.-¿Venir de una familia muy trabajadora te hace valorar más este momento?-Sí, tal cual. Mi familia es súper laburadora, pero también saben disfrutar de la vida. Nuestro lema es: ‘Nos arreglamos con esto y somos felices’. Mi vieja, pobre, se preocupó mucho por mí este año porque me veía más seria, con el ceño fruncido, pero tenía que ver con la rutina fuerte laboral que tuve. Sentía un disfrute distinto que tenía que ver con consagrarme en lo que me gusta hacer.
-Además de mucho trabajo, tuviste un tema mediático fuerte (protagonizó un enfrentamiento con Laurita Fernández y Nicolás Cabré, su compañero de Mi hermano es un clon). ¿Pudiste disfrutar de todo lo que te estaba pasando o lo padeciste un poco?-Me desvió mucho la energía. Cualquier discusión, ya sea con un ser querido o con alguien en la calle, te quita energía. Cada una tiene su porcentaje, ¿no? Si discutís con alguien en la calle, te quedás mal un ratito; si discutís con tu mamá o tu novio, estás muy mal. Y cuando tenés una diferencia con un compañero de trabajo, que encima tenés que mostrar una historia de amor y en mi caso era mi primera gran oportunidad con un protagónico, es difícil. Pero me parece que supimos ser profesionales todo el elenco y lo recontra llevamos a cabo.
-¿Cómo manejaste la atención de la prensa en ese momento de conflicto?-Me pasó que, por primera vez, todo esta situación me agarró muy cansada. Grabábamos diez horas, después ensayaba la obra, que es muy exigente, y salía del teatro y no podía creer que tenía a un notero afuera esperándome. Y por ahí ese cronista había estado tres horas afuera, pasando frío, para hacerme una pregunta incisiva. Y yo así (hace gesto de agobio)…diciendo ‘¿qué? ¿por qué estoy metida en este quilombo? ¡No tengo nada que ver!’. Me pasaba eso, el cansancio de ese momento era fuerte, y pensaba ‘no quiero estar acá’. Pero, bueno, aprendí de todo.
-En ese momento difícil tu novio se mostró muy cerca, ¿te ayudó contar con su respaldo?-Sí. Nico es un amor. En el 2018 nos separamos un mes, que fue atroz.
-¿La pasaste muy mal ese mes distanciados?-Sí, ¡mal! Pero como actriz me re sirvió, porque descubrí cuánto podés sentir por una persona. Yo decía ‘ok, te amo’ pero cuando no lo tuve conmigo… ¡es increíble! Uno se vuelvo loco y sentís que no hay nada más en el mundo. Te volvés medio fatalista.
-Dicen que valorás más las cosas cuando no las tenés...-Recontra. Y todo ese sufrimiento me sirvió mucho como actriz, porque tenía que sufrir por amor en la novela y pensaba ‘ah, mirá, esto lo conocí’. Pero hoy estamos muy bien, hace poco tuvimos una escapadita a Punta del Este, que también nos hizo bien para distendernos, para jugar. Tenemos un humor muy aniñado, muy pavo, así que nos sirvió para estar en esa sintonía.
-¿Tienen planes de ser padres?-Por ahora no. Pero sé que en su momento voy a querer ser mamá. Tomo todos los recaudos, porque entiendo que este no es el momento.
-¿Es porque estás muy focalizada en tu carrera?-Tengo una dosis de amor distribuida en mi familia, mi novio y mi trabajo. Le pongo mucha pasión a lo que hago y en este momento no podría recibir un niño como corresponde. Si sucediera, sacrificaría en otros aspectos, pero no es el momento. Quiero hacer todo a consciencia, que sea el momento cuando lo tenga que ser.
-El 2018 fue muy fuerte para las mujeres y la defensa de sus derechos, ¿cómo lo viviste siendo tan popular y con tantas chicas que te siguen?-Creo que fue un año muy bueno para las mujeres, pero también para la sociedad. De a poquito estamos evolucionando. Muchas veces se habla de que en otros países están más evolucionados que nosotros; pero en este punto creo que estamos siendo revolucionarios. Me parece que hay que cambiar la mentalidad y que por ahí hoy muchos se resisten, pero el día de mañana van a comprender lo que estábamos pasando. Yo fui una. Al principio era medio “machito”, no podía entender y me costaba creer algunas cosas, decía que era más subjetivo. Y después, por ejemplo, terminé pidiéndole perdón a Calu Rivero por defender a Juan Darthés. Ella es un amor, me supo entender y me dijo que en su momento le había dolido lo que había pasado.
-Muchas figuras le pidieron perdón públicamente a Calu después de la denuncia de Thelma Fardin.-Sí. Creo que estuvo bueno hacer público ese cambio de pensamiento y el pedido de perdón, y el adherirnos a este movimiento. A mí me pasa con seres muy queridos que me dicen cosas que no puedo creer y después terminan cambiando de parecer. Es un momento donde lo que antes nos parecía normal está cambiando. Está buenísimo que así sea.
-Varios famosos están contando sus propias experiencias sobre abusos y violencia, ¿si viviste una situación así te animarías a contarla?-Desde afuera es más fácil entenderlo, pero los aplaudo por contarlo y de esa forma tan sensible. No encuentro a nadie que lo haya contado de una forma que uno diga ‘lo hizo para sacar provecho’. Lo hicieron cuando necesitaban hacerlo. A mí no me pasó nada fuerte, si no lo contaría. Como comunicadora, está bueno reflexionar sobre eso. Creo que Thelma Fardin fue un gran ejemplo, fue muy valiente.
Fuente: https://www.ciudad.com.ar/espectaculos/flor-vigna-chica-barrio-llego-estrellato-padezco-mucho-mundo-mediatico_111854
Más leídas hoy
1
2
3
4
5
6
7
8
9
Más leídas en la semana
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10