El empresario fue íntimo amigo del Diez durante varios años.
La fuerte declaración de Omar Suárez tras la muerte de Maradona: “Siempre nos señalan como el maldito entorno”
Lunes 30 de Noviembre de 2020, 13:08 |
A poco menos de una semana de la repentina muerte de Diego Maradona, Omar Suárez, quien fue su amigo, se indignó por lo que sucedió con los médicos que lo deberían haber cuidado en su casa de Nordelta. Al igual que sus familiares, el empresario manifestó que se encuentra muy triste por la partida del Diez. “Ni siquiera hubo médicos al lado de Diego. Después de la operación que tuvo, tendrían que haber montado una especie de clínica en la casa. Hubo desinteligencias del médico y del encargado de llevarlo ahí. No tuvieron en cuenta cómo estaba él. Deprimido, bajoneado y mal. Deberían haber duplicado los esfuerzos. Lo más fácil es echarle la culpa al entorno“, comenzó el productor teatral en diálogo con Mitre Live.
"Cuando formé parte de esa vida, siempre nos señalaban como el maldito entorno. Pero ese maldito entorno estaba las 24 horas todos los días. Muchos se rasgan las vestiduras hablando de eso y no los vimos nunca. Ni en Cuba, ni en sus estados malos, ni cuando necesitaba que le cambien las medias o que lo bañen. Cuando digo que estábamos, hablo de Coppola, de Mariano Israelit, del doctor Cahe. Muchos de los que hablan, lo hacen de afuera“, agregó indignado.
“No hablé con Matías Morla hasta ahora. Seguramente en algún momento nos vamos a cruzar. Todo lo que se diga ahora no va a recuperar la vida de Diego. Estaría bueno que quede claro que se podría haberlo evitado. Se lo descuidó bastante. Diego no merecía la imagen. Él debió estar en su casa. Se lo exponía más de lo debido. Nosotros no le prohibíamos las visitas ni los llamados telefónicos“, continuó. En esta misma línea, Suárez agregó que "las cosas, a lo mejor, se podrían haber hecho de otra manera". "Eso hacía que se alejara de seres queridos. Eso estaría bueno que se sepa porque eso conllevó a una depresión y a una amargura. Por más que nos hayamos creído que era un Dios, nos dimos cuenta que era humano. No alcanzaba con una enfermera en la habitación de al lado“, se lamentó.
“No era un problema de dinero, era un problema de estar. Dicen que la enfermera lo escuchó roncando, tiene que entrar y ver cómo está. Si no hay nadie que en la casa se ponía los pantalones, y si se enoja, se enoja. Elegimos siempre lo más fácil. Esa es la impotencia que uno tiene, se equivocaron feo”, concluyó. /Pronto