Domingo 27 de Diciembre de 2020, 08:23
Nadie sabe de dónde trae su carrito, a qué hora empezó ni a qué hora terminará.
Quien empuja y carga entre los cartones -esos que la calle le permite cosechar a pesar de la lluvia o el calor- lleva dos criaturas y un pequeño cachorro, que dormidas se arrullan entre papeles y cartones.
Algunos señalan que viene desde La Costanera, que la madre de esos menores no puede superar un problema de adicciones, que no hay con quien dejarlas cuando debe salir a escarbar entre los restos de lo que la ciudad expele luego de consumir lo que el poder del dinero nunca le permitirá acceder a quien empuja el carro. /Periódico Móvil