Sábado 20 de Febrero de 2021, 23:45
En 1987, la prensa británica desveló que dos primas de la reina Isabel II, las hermanas Katherine y Nerissa Bowes-Lyon, quienes aparecían como fallecidas en el libro que registra la genealogía de las familias reales de Gran Bretaña e Irlanda, seguían vivas. Ambas habían permanecido encerradas durante décadas en una institución para discapacitados. La prensa amarilla afirmó que habían sido escondidas para que nadie asociara la enfermedad mental con la Casa de Windsor.
A lo largo de la historia, los monarcas se han casado entre ellos para garantizar la continuidad de su linaje real. Pero este cruce endogámico tuvo como consecuencia diferentes tipos de discapacidad intelectual y fallecimientos en su descendencia.
Las primas ‘secretas’ eran hijas de un hermano de Elizabeth Bowes-Lyon, la madre de la reina Isabel de Inglaterra. El tío de Isabel II se casó con Fenella Hepburn-Stuart-Forbes-Trefusis, quien transmitió ese nefasto factor genético a sus hijas. Fueron diagnosticadas como ‘idiotas’ e internadas en una institución. Para no entorpecer el acceso al trono de su prima Isabel, se dijo que las hermanas Bowes-Lyon habían muerto.
Por si alguien se había olvidado de esta historia, la serie The Crown la recupera -como todos los trapos sucios de la familia real británica- en la cuarta temporada de la exitosa serie que tanto ha dado que hablar.
En esta última temporada no se olvidan de nadie: ni de Lady Di, ni de Margaret Thatcher, ni de Camila Parker. La que tampoco se libra es Margarita, hermana de Isabel II, en su incansable búsqueda de soluciones a su complicada salud mental.
En un arranque de locura y desesperación, la princesa empieza a ahondar en los entresijos de su familia hasta descubrir la existencia de estas primas olvidadas en una institución psiquiátrica. La escena no tiene desperdicio, ya que la princesa Margarita -conocida por sus caprichos y ataques de aburrimiento- cree que sus altibajos emocionales pueden tener una vinculación genética con las famosas primas.
Fuera de la ficción de la serie, la familia real británica nunca hizo declaraciones al respecto y cerraron la historia con un: “No tenemos ningún comentario al respecto. Es un asunto de la familia Bowes-Lyon”.