Viernes 10 de Septiembre de 2021, 17:36
El verdadero cerebro detrás de los atentados del 11 de septiembre del 2001 a Estados Unidos todavía no ha sido juzgado y sigue en el blanco del FBI. Si bien
Osama Bin Laden era el principal asociado, la mente maquiavélica habría sido otra. Así es como este sábado, durante la conmemoración anual de las victimas que perecieron en dichos ataques, volverá a resonar el nombre de Jalid Sheij Mohamed, el verdadero diseñador del plan.
Este fin de semana será el vigésimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre que se cobraron alrededor de 3000 vidas.
Mohamed, durante interrogatorios bajo tortura, admitió haber diseñado y gestionado el plan del 11-S. El terrorista permanece desde hace 15 años en una celda de alta seguridad de la base naval estadounidense en la bahía de Guantánamo, Cuba.
Tras la muerte del líder de Al Qaida, Osama Bin Laden, Mohamed es la fiigura más repudiada por los americanos y la más asociada a los ataques.
Ali Soufan, antiguo agente del FBI que investigó los atentados, calificó a Mohamed de "asesino de mirada salvaje" cuya conspiración "demente" lo distingue de otros integrantes de Al Qaida.
11 de septiembre del 2001, Estados Unidos
Fecha tan emblemática que es conocida mundialmente como el "11-S". Aquel día, cuatro atentados terroristas suicidas penetraron en el país por la mañana y causaron la muerte de 2.996 personas, incluidos los 19 terroristas, la desaparición de 24 víctimas, y más de 25 mil heridos, muchos de ellos con lesiones permanentes.
El atentado se basó en el secuestro de aviones comerciales que se estrellaron contra diversos objetivos, entre ellos las Torres Gemelas, cuya caída es considerada una de las tragedias mundiales más grandes.
A su vez, se registró la destrucción de todo el complejo de edificios del World Trade Center, y graves daños en el edificio del Pentágono, sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Se estimó en más de USD 10 mil millones las pérdidas económicas. Este episodio precedió a la guerra de Afganistán y a la adopción por parte del gobierno de
George W. Bush y sus aliados de la política denominada "guerra contra el terrorismo".
/Crónica