Porteros de edificios en peligro: uno de cada 5 consorcios prescinde de ellos

Miércoles 23 de Noviembre de 2022, 10:55

Guillermo Francella en la serie "El encargado" que tanto fastidió al sindicato de los porteros.



Lo que antes era impensado, hoy es cada vez más común: el encargado, ese miembro estable del elenco de los edificios, es cada vez más un actor de reparto.

Ya sea porque le reducen las horas de trabajo o no lo reemplazan cuando se jubila, hoy uno de cada cinco consorcios porteños prescinde de los porteros.

Y dos de cada cinco ni siquiera tienen una vivienda para que resida.

Aunque su despido para instalar una pileta en la terraza sea una ficción, como la que muestra la serie El Encargado (Star+), sí es cierto que en todo el país este tipo de trabajador se ve cada vez menos. Incluso en una ciudad como Buenos Aires, donde la masificación de edificios de vivienda data de hace más de siete décadas, un crecimiento que permitió que floreciera el oficio.

Hoy gana la opción de contratar a tiempo parcial, o bien de recurrir a compañías tercerizadas para que cumplan parte de sus tareas.

“Los consorcios tratan de tomar por horas a través de empresas de limpieza, que no tributan en el sindicato, el cual igual trata de cobrarles el servicio médico, entre otras cosas”, señala Alicia Giménez, presidenta de la Unión de Consorcistas de la República Argentina (UCRA).

El fenómeno varía según el barrio del que se trate. Se ven más encargados en una clásica cuadra de edificios sesentosos en Caballito que en complejos nuevos que ya “nacen” sin encargado, como los que crecen por todos lados en ese barrio y en Núñez, Villa Urquiza, Villa Ortúzar y Colegiales, por citar solo algunos ejemplos.
Un trabajo que persiste pero se flexibiliza

“Calculo que más del 80% de los edificios tienen encargados en la Ciudad, ya sea por cuatro horas, por ocho o como personal jornalizado”, precisa Daniel Tocco, vicepresidente primero de la Cámara Argentina de la Propiedad Horizontal (CAPHAI).

Al mismo porcentaje arriba Gabriela Saldivia, secretaria general del Sindicato de Empleados de Administradoras de la República Argentina (SEARA). Ese número se reduce si se cuentan solo los encargados con vivienda, que las fuentes estiman en torno al 60%.

“Los edificios chicos son los que tienen encargados sin vivienda porque en su momento los consorcistas alquilaban las porterías. Pero ese criterio cambió cuando se observó que el personal sin casa cobra 20% más en su básico”, explica Tocco.

“No vi estadísticas oficiales en los 40 años que trabajo en el estudio, dedicado a consorcios”, admite Eduardo Awad, abogado especialista en Propiedad Horizontal y fundador de la flamante Asociación de Propietarios, Consorcios y Consorcistas de la República Argentina (APCCRA). Pero sí sabe que hay unos 70.000 empleados para los 100.000 consorcios en la Ciudad (entre edificios y PH, estos últimos sin necesidad de encargado) y que cada vez son menos.

En los últimos días, trascendió la versión de que en la cuadra de la torre donde se filma El encargado, Arribeños 1630, hubo representantes del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (SUTERH) controlando que los edificios tuvieran empleados debidamente registrados.

Consultado por este punto, el joven encargado de ese inmueble se negó a hacer cualquier tipo de declaración a este diario. Ni siquiera quiso revelar su nombre ni desde cuándo trabaja allí.

Mientras tanto, en el SUTERH sostienen que la presencia de encargados sigue firme en territorio porteño. Sin aportar ninguna estadística, aseguran que, “a nivel institucional, no tenemos ningún tipo de recorte de fuentes laborales. Al contrario, se incrementa la cantidad de encargados, porque más edificios nuevos implican más trabajadores”.

“Está totalmente prohibido sacar encargados y reemplazar sus servicios por los de empresas de seguridad y de limpieza”, agrega ese mismo vocero. Se refiere a la Resolución N° 3634 dictada por la AFIP en 2014, que fija Indicadores Mínimos de Trabajadores (IMT): habla de un trabajador jornalizado con 18 horas semanales para edificios de cinco a 15 viviendas, y uno de jornada completa para consorcios de entre 26 y 35.

Pero estos indicadores, como el propio texto expresa, son “presunciones” para estimar cuánto se tributará por esos trabajadores. “El IMT es sólo una herramienta de fiscalización que se utiliza como parámetro para monitorear los puestos de trabajo de cada sector y que se aplica sólo en caso de que se detecten relaciones laborales ocultas”, destacó la AFIP en un comunicado días después de emitida aquella resolución.

“No es cierto que sea ilegal no tener encargado en el edificio -sostiene Awad-. El derecho de propiedad está impuesto y defendido por la Constitución nacional, que es la ley más importante del país. Nadie puede imponerle a un consorcio, que es el propietario del edificio, que tenga a nadie en su propiedad”.

Tótems de seguridad, en alza

Los tótems de seguridad son otra opción que, aunque no reemplazan a un encargado, muchas veces son contratados en lugar de este.

Son paneles  con una pantalla que muestra a un empleado remoto, un altavoz y un micrófono para interactuar con ellos.

El vigilador observa las imágenes de las cámaras distribuidas en el edificio y, de ser necesario, llama a la Policía.

Estos tótems son más frecuentes en zonas de alto poder adquisitivo, como la Avenida del Libertador a la altura de Palermo, el sector de Las Cañitas o incluso la misma área de Belgrano donde se filma El Encargado.

Según Prosegur, que provee su servicio de Ojo de Halcón, las zonas con mayor demanda están en los barrios de Recoleta, Palermo, Belgrano y Caballito.

Las contrataciones de ese servicio se duplicaron en Prosegur desde que arrancó el año con respecto al mismo período de 2021.

Y las ventas de control de acceso (llave electrónica o tag) se multiplicaron por cuatro en igual lapso. Una de las tareas de un encargado, oficial o no, es chequear quiénes ingresan al edificio. Con este tipo de llaves, hay vecinos que se sienten más tranquilos en caso de no contar con encargado o empleado de seguridad.

Para obtener una, el consorcista debe encargarla a la administración y dejar sus datos personales. “La demanda de llaves electrónicas creció mucho gracias a la recomendación de los usuarios -observa el ingeniero Carlos Marasso, director general de Alarmas Residenciales Latam Sur de esa empresa-. Porque no se trata de ‘repartir llaves electrónicas’, sino de gestionarlas con mucho rigor y control”. /La República