Sábado 25 de Marzo de 2023, 06:58

COSECHA DE AGUA. Así denominan al proceso de construir plantas recolectoras de agua de lluvia en una de las zonas más obres y olvidadas de Salta.
El Chaco salteño arde bajo 45 grados de calor. El follaje, aún verde, es engañoso porque al final de la sequía, la falta de lluvias parte la tierra en mil pedazos y las plantas, adaptadas con espinas y profundas raíces ocultan en parte la desesperación del resto de los seres vivos en ese lugar.En El Ocultar, un paraje ubicado a 30 km de La Unión, en Rivadavia Banda Sur, el sol golpea sin misericordia sobre el techo verde de los algarrobos. Abajo, una comunidad originaria espera por el milagro del agua al final de la temporada seca. Un pozo circular de unos tres metros de diámetros, por dos de profundidad, es el lugar elegido para guardar celosamente la salvación del agua, hasta la próxima lluvia.
Los "cisterneros" hicieron un buen trabajo. El techo de zinc, que hace las veces de colector del agua de lluvia, tiene la pendiente adecuada y los ductos llevan sin obstrucción el líquido hasta el almacenamiento.
Tras las últimas preciptaciones esa cisterna pudo almacenar unos 20 mil litros de agua, una cantidad aproximada para que una familia de cinco personas pueda responder a la demanda de higiene y consumo durante los 8 meses de sequía.
Desde el año 2013 este tipo de construcciones se vienen desarrollando con mayor frecuencia en el Chaco salteño, allí donde las comunidades dispersas de aborígenes y criollos deben procurarse el agua de cada día para poder sobrevivir a una clima cada vez más impiadoso y adverso.
La semana pasada 71 indígenas que trabajan en la construcción de sistemas de captación de agua de lluvia y cisternas se reunieron por primera vez en Orán, dentro del marco de la Mesa de Agua del Chaco salteño, integrada por el INTA, Fundapaz, la Orden Franciscana, comunidades indígenas y criollas y el Gobierno provincial.
Se dialogó sobre las etapas del proceso de construcción de las cisternas y la importancia del acceso al agua segura para las familias, en un marco que pretende consolidar socialmente un método alternativo para obtener agua para el consumo humano en lugares donde es imposible llegar con servicios.
Cristina Garros es presidenta de Fundapaz, fundación que representa el brazo ejecutor del programa que surgió hace más de una década en Brasil, de la mano de quien hoy es el secretario de Asuntos Indígenas del vecino país."Ellos tienen una gran extensión de territorio semi árido, más alla de la Amazonia, pero las comunidades también tienen una formación; respetan contenidos y cuidados de agua y hay una cisterna en cada casa", explica Garros, tras las reuniones que se desarrollaron en el norte de la provincia.
"Justamente esa es una de las ideas que se planteó con los cisterneros: que se construyan las cosechas para cada una de las viviendas, porque si no se generan conflictos permanentes entre los miembros de las comunidades", señaló.
En el Chaco salteño el sentido de solidaridad se pierde muchas veces en la necesidad de agua. Y así queda demostrado con lo que pasa en las cosechas comunitarias, donde los conflictos aparecen a menudo por diferencias sobre el uso y el nivel de consumo de cada miembro de la comunidad.
"El conflicto aparece cuando hay diferencias sobre el consumo. Para higiene, para cocinar o incluso para darle de beber a los animales, el agua de las cosechas resulta un bien demasiado apreciable", explica Garros.
Es así que lo que al principio fue una prueba, hoy va tomando la forma de una alternativa que se ha sociabilizado para obtener agua en los lugares donde es escasa. Y todo hace prever que este método se va a masificar en esos lugares.
"Uno de los pedidos que hicieron las comunidades es que las cisternas sean para cada familia, a fin de evitar los conflictos. Se aceptó al idea; es razonable lo que se plantea y se hará para cada casa y después para las escuelas, centros de salud y algún otro establecimiento en donde sea necesario".
Al respecto Garros explicó que uno de los temas abordados en la Mesa del Agua que se llevó a cabo en Orán fue el análisis de las obras para este año. "Analizamos con qué fondos contamos para el 2023 y en consecuencia qué proyectos y obras tenemos previstas. En base a eso ya tenemos la aproximación de cuantas cisternas se harían este año".
Fundapaz motorizó en el último año la construcción de 200 cisternas, aunque aun están muy lejos de las 1000 que tienen previsto construir. /
El Tribuno Salta
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