Condenan al asesino del hincha de San Martín, pero la interna entre barras que la causó continúa en las redes sociales

Martes 30 de Mayo de 2023, 08:48

CRIMEN. La muerte de Manuel Alejandro “Berenjena” López puso al descubierto la pelea de dos facciones de la barra de San Martín, por los negocios oscuros que se ocultan bajo las tribunas.



Una publicación en Facebook actualizó de manera dramática la dura interna que meses atrás derivó en un crimen ocurrido casi en las puertas del estadio de la Ciudadela, donde se jugó un partido de la Primera Nacional mientras a pocos metros yacía el cuerpo de un conocido barrabrava del equipo local.

En el posteo un usuario, con un nombre falso, se definió como integrante de “La Banda del Chicle” para luego advertir que le disputarían el dominio del ala dura de la hinchada de San Martín a “La Banda del Camión”, el grupo que ejerció el liderazgo en las tribunas en las últimas décadas.

Tras mucho tiempo durante el cual fueron aliadas, esa publicación llegó acompañada de algunos roces que ya habían existido entre ambas agrupaciones por los negocios de la barra.

El 12 de septiembre pasado el enfrentamiento decantó de la peor manera: el grupo más numeroso ubicó a quienes los habían desafiado en las redes sociales antes del partido contra Belgrano y les exigieron que se fueran de la plaza en la que habían armado una previa. Algunos de los jóvenes se negaron, entonces Claudio Marcelo “Chelo” Roldán (48 años) sacó un arma de fuego y asesinó a Manuel Alejandro “Berenjena” López (37 años).

El lunes, en un juicio abreviado, Roldán admitió la culpabilidad del hecho y recibió a una pena de 10 años y ocho meses de prisión, por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, acordada con el ministerio Público Fiscal y con la familia de la víctima. Esta es la primera condena por homicidio en la que se aplica el agravante de haberse registrado en el marco de un espectáculo deportivo.

Fue también inhabilitado por el mismo plazo para asistir a cualquier encuentro deportivo. El condenado no pidió perdón, sólo se limitó a afirmar que el hecho había ocurrido tal y como lo explicó la auxiliar Luz Becerra, de la Fiscalía de Homicidios II (a cargo de Carlos Sale).

El juez Lucas Taboada, al ver que el acuerdo se ajustaba a derecho, avaló el acuerdo entre las partes. A pesar de que el crimen ocurrió frente a decenas de personas, la falta de testigos dispuestos a declarar lo que vieron evitó que se pudiera aspirar a una sentencia más severa en un juicio oral.

Según admitió Roldán, ese día a las 18.30 fue a buscar a López y a sus amigos, quienes estaban ubicados en la esquina de Frías Silva y Bolívar, en el barrio Ciudadela. A las 19 debía dar inicio el partido entre San Martín y Belgrano de Córdoba, quienes en ese momento se disputaban los primeros lugares de la Primera Nacional por uno de los ascensos a la máxima categoría del fútbol argentino.

“En ese horario fue cuando Roldán, conjuntamente con otras personas, se acercaron de modo agresivo a exigirles que se retiren de la esquina, ya que mantenían una rivalidad”, se puede leer en el acta judicial con la que se dio por concluida la causa.

López se negó a retirarse y por eso Roldán sacó una pistola 9 milímetros y le disparó en la cabeza, causándole una muerte inmediata. Una ejecución a plena luz del día y ante decenas de hinchas que rápidamente se dispersaron por temor. Roldán se fugó luego (los investigadores siempre sospecharon que se había ido Córdoba con el apoyo de la barra “pirata”) por dos semanas. Luego se entregó.

El caso generó enorme repercusión en todo el país porque mientras el fiscal Sale y los peritos recorrían la escena y revisaban el cuerpo de la víctima, a una cuadra el partido comenzaba como si nada, porque la terna arbitral, con el apoyo de los directivos de AFA, consideró que no había motivos para suspenderlo.

Otro detalle es que Roldán ya había sido enjuiciado por un crimen ocurrido en inmediaciones del estadio La Ciudadela, en el cual terminó sobreseído.

Esa rivalidad, que no se aclaró en el abreviado, estaría vinculada a los negocios de la barra. Eso surge de los dichos de la esposa de la víctima que declaró que ellos recibían entradas de los dirigentes, boletos que luego la Peña 9 de Julio (integrada por los miembros de “La Banda del Chicle”) revendía en las inmediaciones del estadio.

La disputa también fue creciendo cuando la peña comenzó a vender gorras y remeras con los nombres de las agrupaciones. Los referentes de “La Banda del Camión”, que hacen lo mismo, según confirmó Brahiam Roldán (sobrino de “Chelo”, que fue sobreseído en esta causa), se habrían molestado y les habrían prohibido seguir con esa actividad comercial.

La droga también quedó en el medio del crimen. Si bien no se constató como móvil de la muerte, al requisar a López le encontraron 16 “bochitas” de cocaína y algunos cigarrillos de marihuana en uno de sus bolsillos. Si bien la familia de la víctima aseveró que eran para consumo personal, el fiscal Sale envió una copia del expediente a la Justicia Federal para que investigara una presunta venta de sustancias en la cancha. No se conoce cuál fue el destino de ese expediente.

Si bien se acordó esta resolución, la pena, lejos de conformar a la familia de “Berenjena” fue un consuelo ante la posibilidad latente de que llegaran a un juicio sin las pruebas suficientes para poder acreditar la autoría de “Chelo” en el hecho.

“La familia no está conforme, pero debimos hacer un balance y pensar en la salud de los padres y en la necesidad de que puedan dar vuelta la página lo antes posible. Decidimos aceptar este abreviado porque lamentablemente sólo había un testigo de identidad reservada dispuesto a declarar en el juicio. El riesgo era grande; esta persona nos había manifestado el temor que tenía y no podíamos descartar la posibilidad de que en un debate pudiera ausentarse o peor, cambiar su declaración por miedo”, explicó el abogado querellante, Patricio Char.