El otro punto positivo respecto de la jornada de este miércoles lo ubicaban en que el operativo de Seguridad, con la aplicación del protocolo antipiquetes, que consideraron “exitoso” al no haber tenido conflictos pese a la tirantez entre la central de trabajadores y el Gobierno, y la enemistad y los cruces verbales que antecedieron entre la ministra Patricia Bullrich y el sindicalista Pablo Moyano.
Bullrich siguió de cerca el operativo desde el Comando Unificado, situado en la Central de Policía, se mantuvo en comunicación con el mandatario y luego tenía en agenda ir a Olivos para conversar sobre la jornada. La relación entre ambos es excelente y en poco tiempo la excandidata a presidenta se convirtió en una de las personas de confianza del líder libertario.
Durante la jornada Milei, de acuerdo al cronograma que se trazó desde que se instaló en Olivos, trabajó desde allí, y por la mañana recibió a su hermana y secretaria general de Presidencia, Karina, quien luego sí fue a trabajar a Casa Rosada, donde tiene su despacho en el primer piso, a metros del presidencial.
A lo largo de la jornada se habían ido sucediendo los mensajes vía X de los ministros, que el propio mandatario luego amplificó en sus redes sociales. Además de Bullrich, lo hicieron la canciller Diana Mondino (desde la cumbre del Mercosur en Paraguay), Luis Petri (Defensa) y Luis Caputo (Economía). “El paro no tiene justificación. Convocado por la oligarquía de millonarios con autos blindados y chofer”, escribió en X Mondino, que también trató a los sindicalistas de “falsos representantes de los trabajadores”. Bullrich, por su parte, apuntó contra el gobernador bonaerense Axel Kicillof, al que le pidió “cumplir la ley, no violarla” y le recordó el reciente asesinato de la niña Uma Aguilera.
Desde Balcarce 50 calcularon una asistencia de 40 mil personas a la marcha de la CGT. Lejos de las postales que dejó la convocatoria frente al Congreso y más aún de los números de la central obrera, que estimó en 600.000 los asistentes a la marcha porteña. “Fue un paro raro”, decían también en referencia a la modalidad elegida, en la que el acto fue al mediodía y la interrupción del servicio de transporte público, a las 19.
El momento elegido por la central obrera, a 45 días de la llegada del libertario a la Casa Rosada, fue un récord que superó la marca anterior de Fernando de la Rúa, quien enfrentó una huelga general a los 74 días de iniciar su presidencia. La CGT venía de cuatro años de no haber hecho paros contra Alberto Fernández pese a la sostenida caída del salario durante la gestión del Frente de Todos. Todos esos elementos formaron parte del análisis que hicieron distinta fuentes de Gobierno sobre lo sucedido este miércoles.
“No hay diálogo posible con quienes no quieren que el país salga adelante. Este paro es un gran sinsentido, una complicación y pérdida de dinero para muchísimos argentinos”, dijo el vocero presidencial Manuel Adorni, al descartar algún tipo de acercamiento con la CGT, la CTA y los movimientos sociales y políticos que impulsaron la medida de fuerza. Reiteró, además, la decisión del Gobierno de descontarles el día a los empleados públicos que participaron en la manifestación, según publica La Nación.