Malestar en el entorno de Axel Kicillof con Máximo Kirchner por sus dichos en el acto en La Plata

Sábado 21 de Septiembre de 2024, 14:12

Después de la actividad de ayer en la que el hijo de la exvicepresidenta hizo parte, y donde el gobernador no fue invitado y sus seguidores cantaron en su contra, el Ejecutivo bonaerense evitó redoblar la apuesta, pero expusieron las tensiones



El viernes, Máximo Kirchner llegó a La Plata con la intención de expresar públicamente que su organización no está dispuesta a unirse a la creación de un kicillofismo en desarrollo en la provincia de Buenos Aires para 2027, con una expansión en 2025. Cuando permitió que sus partidarios entonaran canciones en contra del gobernador, lo expresó claramente. Vamos a ver si lo entienden, “Cristina es la conducción, vamos a ver si lo entienden. Somos soldados de Perón y la Patria no se vende. Yo siempre te voy a seguir, no me importa lo que digan. Y si querés otra canción, vení te presto la mía”. Armar de nuevo, rezaba un cartel blanco y celeste atrás. Nada sin Cristina, decía una bandera que desplegaron. “La creatividad de los compañeros”, justificaban desde la organización sobre el tema.

En la administración bonaerense, se cuenta con hasta diez personas para evitar una confrontación directa con el hijo de la expresidenta desde hace tiempo, ya que la clara embestida hacia el gobernador no pasó desapercibida. Una fuente cercana al líder provincial dijo a LA NACION que se queja de las "nuevas canciones" cantando nuevas canciones. Hay tres estrategias evidentes en el equipo de Kicillof: liderar, oponerse a Javier Milei y crear una opción para las próximas elecciones. Se dice que Cristina Kirchner tiene una dirección indudable. “Sin embargo, no la de sus delegados”, precisaron.

Después de un evento que tuvo lugar en la capital de la provincia, pero al que el gobernador no estuvo presente, sus más cercanos seguidores afirmaron que la líder del espacio es más importante que nadie. “Nuestra conducción es Cristina, no va a cambiar eso, nunca nos corrimos de ahí. Pero no lo que digan que dijo”, resumieron, pese a que dentro de los que apoyan a Kicillof hay algunos dirigentes cansados de la exmnadataria, que le exigen autonomía. “Esta buenísimo que hagan un acto, nosotros también los hacemos”, comentaron con ironía, aunque marcaron: “Sí nos pareció raro que no lo invitaran al gobernador”.


Desde el Ejecutivo bonaerense trinaban con que Kicillof construye pero convoca, mientras tanto, a todas las terminales. Contabilizaban que invitaron a La Cámpora tanto al acto en Florencio Varela, como también al que hicieron en San Vicente y Mar Chiquita. A este último, Cristina Kirchner lo eclipsó con una clase magistral un día antes en Merlo. Con respecto al de San Vicente, cerca de Kicillof recordaban que el gobernador hasta conversó con Máximo Kirchner antes y después.

“Cuando hay que hablar, se habla. Son como los primos que ves en Navidad, que cada tanto hay peleas pero pasan Navidad todos juntos. Estamos en ese punto”, intentaron graficar, cuando la comunicación ya no se da ni de un lado ni del otro. Dicen que la relación se instrumenta de la misma manera con el diputado nacional que con el senador Eduardo “Wado” de Pedro, otro de los que estuvo en la primera plana de la grada política de ayer junto a la intendenta Mayra Mendoza, y a quien Cristina puso en el escenario con Kicillof el viernes de su último discurso. Había sido su preferido para las presidenciales de 2023. Con Mariano Recalde, en tanto, el gobernador tiene una relación de amistad desde que ambos hacían militancia universitaria.

Actualmente, los soldados de Kicillof buscan evitar un enfrentamiento significativo y afirman que no van a obstaculizar estos movimientos de defensa campal. Sin embargo, continuarán con sus propias acciones. "Axel no se involucrará en conflictos; nunca lo hicimos y nunca lo haremos. No nos preocuparemos por una disputa que no existe". Según ellos, es necesario que haya dos personas que deseen pelear y Axel no lo hará, ya que su relación con Kicillof es personal y no solo política desde hace años.

Seguros además de que el gobernador está “por encima” de las rencillas que plantea la orga, pero también sin adjudicarse los movimientos de algunos personajes que orbitan en sus filas (como el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, que ya hizo una serie de actos en municipios gobernados por la organización K y desató la ira), desde la gobernación justificaban que Kicillof tiene “su propia línea”, basada en estos tres preceptos que repiten como un mantra. “Gobernar, que es un quilombo, no distraernos de eso, que lleva muchas energías; ponernos frente a Milei, diferenciarnos, con el espíritu más federal que tenemos; y construir una alternativa mostrándonos desde otro lugar, con otra forma de manejar el Estado, que es muy difícil porque venimos de una derrota dura”, resumió una fuente ligada al gobernador.

Los movimientos que abrevan al tercer punto (articulados, entre otros, por el ministro excamporista Andrés Larroque, que se escindió y ahora tiene una nueva organización, y por otros actores como los intendentes Mario Secco y Fabián Cagliardi) es lo que irrita al kirchnerismo de Kirchner, que salió a la carga contra el gobernador a menos de 24 horas de que su madre en el Instituto Patria junto a dirigentes sindicales dijera que siempre estará “donde haya que unir” y advirtiera que ella va a jugar en la discusión porque “va a hablar hasta que se muera”. Planteó asimismo Cristina Kirchner que hay que “armar” (el verbo que también usó su hijo) y que “rediscutir”. Además, que el individualismo “ha hecho estragos”.

Hasta ahora todavía en la idea de matizar las diferencias indisimulables, en las filas del kicillofismo no dudaron de que en algún momento lograrán confluir todos los espacios en un mismo frente. “¿Ellos no cantaban ‘si todos los traidores se van con Massa’? ¡Y mirá!”, resumieron, con una reminiscencia al viejo cantito de La Cámpora que desde hace años está dado de baja. /La Nación