Miércoles 30 de Octubre de 2024, 23:58
Sin hacer olas pero con una decisión firme de Jorge Macri que se arrastraba por varias razones, el Gobierno porteño echó a Claudio "Chiqui" Tapia, presidente de la AFA, de su cargo en el Ceamse, la empresa estatal de Coordinación Ecológica Área Metropolitana, cuya gestión es compartida entre la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires.
El yerno de Hugo Moyano y mandamás del fútbol argentino
detentaba el puesto de vicepresidente en la firma de tratamiento de basura y residuos urgente por decisión de la Ciudad, renovada en tiempos de Horacio Rodríguez Larreta como jefe de Gobierno.
El mandato de Chiqui Tapia, no obstante, había entrado en
un limbo de vencimiento desde fines del año pasado y persistía
un silencio administrativo desde marzo en su mandato que lo mantenía en el lugar, bajo la presidencia Mónica Cappellini, una funcionaria del intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, que llegó al cargo en 2020, cuando Tapia ya estaba allí.
Pero para Jorge Macri era un cambio cantado.
"No queremos más Chiquis Tapias", se escuchó decir en Uspallata en una de las tantas veces que se quiso diferenciar la gestión con las decisiones de la anterior.
Aportaba a esa intención los deseos de su primo:
Mauricio Macri es un rival sabido del titular de la AFA que, a diferencia del líder del PRO, resiste la instrumentación de las SAD en el fútbol, tema judicializado y que también es terreno de choque con la gestión de Javier Milei.
Tapia supo que la decisión sobre su destino estaba tomada cuando lo contactó otro Tapia, Gabino, el ministro de Justicia porteño. Es que la elección de la representación porteña para los mandatos en el Ceamse es menester del Ejecutivo de la Ciudad.
El ministro Tapia informó al mandamás del fútbol Tapia de su salida en una reunión junto al multifuncional Ezequiel Sabor, que es jefe de asesores del Gobierno de la Ciudad, director del Banco Ciudad, secretario general del PRO porteño y, hasta el momento, síndico titular en el organigrama del Ceamse.
Dicen en la Ciudad que
al Chiqui Tapia "se buscaba correrlo" casi desde la asunción de Macri. Era una herencia de Rodríguez Larreta incómoda y ejemplificadora. Útil para diferenciarse. El paro de los recolectores de basura porteños que molestó ya en julio pasado al jefe de Gobierno y su escalada con los Moyano lo había hecho pensar en la decisión.
Más cuando la presencia del hombre fortalecido de la AFA habría recaído en el Ceamse por las gestiones de Hugo Moyano ante el larretismo. El anuncio no tuvo pompa por cuestiones operacionales: Jorge Macri, en días de paro, persiste en una gira política que lo mantiene con agenda en Portugal y España. Este miércoles se reunió con su par Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la comunidad de Madrid.