Viernes 19 de Diciembre de 2025, 06:41

CONTRADICCION. Pese a que la provincia atraviesa el período de mayor actividad comercial, el desempleo midió un importante repunte.
En el trimestre de mayor dinamismo económico para Tucumán, el mercado laboral mostró una señal de alerta: la desocupación trepó al 6,2% de la Población Económicamente Activa en el Gran Tucumán–Tafí Viejo, lo que equivale a unas 28.000 personas sin trabajo. El dato, difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), implicó un aumento de 0,7 puntos porcentuales respecto del mismo período de 2024 y reflejó que unas 4.000 personas más salieron a buscar empleo sin lograr insertarse.
La tasa local se ubicó por encima del promedio del NOA, que fue del 4,7%, y avanzó en sentido contrario a la tendencia nacional, donde la desocupación se ubicó en el 6,6% pero con una baja interanual de 0,3 puntos. A nivel país, las cifras del organismo que conduce Marco Lavagna estiman que alrededor de 1,48 millones de personas atravesaron situaciones de falta de trabajo durante ese período.
En paralelo, las estadísticas oficiales mostraron una mejora en el nivel de empleo. Al cierre del tercer trimestre, la tasa de ocupación alcanzó el 45,7% en el principal aglomerado tucumano, con unos 425.000 ocupados, lo que representó un incremento de un punto porcentual respecto del año anterior. Sin embargo, ese crecimiento no logró compensar la presión de una mayor cantidad de personas que buscan empleo en un mercado que no absorbe toda la oferta disponible.
Uno de los indicadores más sensibles volvió a ser el de ocupados demandantes de empleo. En Tucumán, el 25,4% de quienes tienen trabajo buscan otro puesto para mejorar sus ingresos, una proporción que ubica a la provincia como el tercer registro más alto entre los 31 aglomerados urbanos del país, sólo detrás de Santa Rosa-Toay y el Gran Córdoba. En términos absolutos, se trata de unos 115.000 tucumanos que intentan sumar un segundo empleo para llegar a fin de mes, una cifra apenas menor a la del año pasado, cuando eran 136.000.
El informe también expone cambios en la composición del empleo. Cada vez más personas ingresan al mercado laboral como cuentapropistas o monotributistas, mientras que el empleo público se mantiene estable y el sector privado formal muestra señales de retroceso. Hasta septiembre, la actividad privada registró una caída interanual cercana a los 800 puestos, con una dotación de 176.843 trabajadores registrados, según datos del Ministerio de Capital Humano de la Nación.
A escala nacional, el Indec informó que la tasa de actividad llegó al 48,6% y la de empleo al 45,4%. En la comparación interanual, el crecimiento del empleo se dio en un contexto de caída de los asalariados, que pasaron del 73,1% al 71,9% del total de ocupados, y de aumento del trabajo independiente, que subió del 23,3% al 24,5%. En paralelo, la informalidad avanzó levemente y alcanzó el 43,3% del total de ocupados.
La Fundación Libertad y Progreso advirtió que, aunque el empleo público y el trabajo independiente crecieron con fuerza en la última década, el empleo asalariado privado permanece prácticamente estancado. Según la entidad que dirige Aldo Abram, incluso cuando hubo períodos de inversión y crecimiento, la generación de puestos formales privados fue baja en relación con la expansión económica, una dinámica que atribuyen a la falta de cambios estructurales en las reglas laborales.
Un diagnóstico similar surge del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025, se redujo en más de 20.000 la cantidad de empleadores en el país, a un ritmo promedio de 30 por día. En ese lapso, se perdieron casi 281.000 puestos de trabajo registrados, con especial impacto en sectores como transporte, almacenamiento y construcción. El informe subraya que el 99,6% de las empresas que dejaron de operar tenían hasta 500 trabajadores.
En ese contexto, la informalidad continúa siendo uno de los principales desafíos. A nivel nacional alcanza al 43,3% de los ocupados y, en el caso del Gran Tucumán–Tafí Viejo, las proyecciones ubican el trabajo no registrado entre el 48% y el 50%. De los asalariados, más de un tercio no realiza aportes jubilatorios, mientras que dentro del universo informal una parte intenta sostener aportes propios.
El panorama deja en evidencia una paradoja: aun en un trimestre favorable para la actividad, el mercado laboral tucumano sigue mostrando dificultades estructurales para generar empleo formal, estable y suficiente, y empuja a miles de personas a la búsqueda simultánea de múltiples ingresos para sostener su economía cotidiana.
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