Golpe para la comunidad pesquera“Este nuevo
golpe se suma a la crisis que vive la comunidad pesquera del norte
peruano, que aún está asimilando el reciente derrame de petróleo en
Lobitos. La falta de preparación y las insuficientes acciones de las
autoridades convirtieron este maretazo en un claro ejemplo de un
desastre que pudo haberse evitado con una comunicación más eficiente con
las comunidades afectadas y un plan de prevención mucho más ajustado a
la magnitud del evento”, cuestionó la ONG Oceana Perú.
Otras
autoridades locales, como el alcalde de Los Órganos, en Piura, Manuel
Garrido, expresaron su preocupación porque decenas de pescadores se
lanzaron mar adentro para evitar que sus embarcaciones sean destruidas
por la bravura de las olas. “Hemos coordinado con la Marina y la Policía
Nacional para que les lleven alimentos y nos ayuden a sacarlos. En su
desesperación, han ingresado al mar para llevar sus botes más al fondo y
así tratar de que la ola que golpea en la playa no los vuelque”, indicó
Garrido. Según sus cálculos, hay por lo menos 80 pescadores artesanales
perdidos mar adentro.
Durante la tarde del viernes, el oleaje se
trasladó al sur y llegó hasta las costas del Callao, el primer puerto
del Perú, inundando la Plaza Grau. Personal de Defensa Civil instaló
allí unas vallas de plástico para contener el desborde que no sirvieron
de mucho. Según la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral
(Sunafil), alrededor de 3000 pescadores artesanales, quienes viven del
día a día, se encuentran imposibilitados de trabajar.
“En
coordinación con la Marina de Guerra del Perú, nos refieren que hasta el
día 1° de enero del 2025, en la costa aledaña al Callao será imposible
realizar actividades de pesca. De igual forma, en la zona turística de
la Plaza Grau, hay 15 embarcaciones que dirigen a turistas hacia la isla
San Lorenzo, las cuales también paralizaron sus operaciones”, informó
Dolly Acosta, funcionaria de Sunafil, órgano adscrito al Ministerio del
Trabajo.
Todavía no hay una estimación de los daños materiales.
Pero los sectores más golpeados son los pescadores artesanales y la
industria turística y hotelera, que a su vez movilizan una red de
pequeñas economías durante el verano, desde diciembre hasta marzo. Según
los especialistas, el pico de este oleaje anómalo se dará este fin de
semana, principalmente este sábado 28, por lo que se ha suspendido toda
actividad en el litoral, desde deportiva hasta recreativa. /
La Naciòn