Viernes 14 de Marzo de 2025, 08:12
El proyecto de Manantial Sur empezó en 2013, durante el gobierno de José Alperovich, con la idea de construir 2.500 viviendas en Tucumán, el segundo barrio más grande de la provincia después de Lomas de Tafí. Se financió con plata del gobierno nacional a través del programa “Techo Digno” y lo manejó el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), que en ese momento dirigía Gustavo Durán. Pero pasaron 12 años, cambiaron gobiernos, hubo problemas, robos y destrozos, y las casas nunca se terminaron del todo. Todavía faltan entregar 120 viviendas, y el gobernador Osvaldo Jaldo quiere ponerle fin a esta historia.
El 1 de marzo, en un discurso en la Legislatura, Jaldo dijo que la provincia usará su propio dinero para terminar las casas que fueron abandonadas y destruidas. “Queremos que más familias tucumanas tengan su hogar”, afirmó, reconociendo que en Tucumán hay muchas personas sin vivienda.
Por otro lado, el Plan Procrear II, que incluye 3.000 casas más en Manantial Sur, sigue parado por falta de fondos nacionales. Mientras tanto, el IPV, ahora liderado por Hugo Cabral, arrancó un programa llamado “Reconstruir” para arreglar las 120 casas pendientes. Cuatro empresas (Mateo, Gecompe, Codesa y Panamericana) están trabajando con un presupuesto de $752 millones. Tres ya empezaron y tienen cuatro meses para terminar, pero Panamericana, que se ocupa de casi 50 casas, aún no arrancó y tiene siete meses de plazo.
Un atraso de años
En 2016, el gobierno prometió en videos que todas las casas estarían listas para julio de 2017, pero no pasó. Hubo problemas con la construcción y cambios en las reglas para elegir a las familias que recibirían las viviendas. Muchas casas terminadas fueron vandalizadas y quedaron en ruinas, sin puertas, baños ni techos.
En 2019, durante el gobierno de Juan Manzur, se pusieron $246 millones para recuperarlas, pero la pandemia frenó todo. Sin vigilancia, más de 1.000 casas fueron destruidas otra vez. En 2021, la Legislatura decidió cancelar contratos con empresas que no cumplieron y usar fondos nacionales para seguir adelante, pero el cambio de gobierno nacional en 2023 volvió a frenar los avances.
Recursos propios
Jaldo explicó que, como el gobierno nacional ya no manda plata, la provincia pondrá el dinero para terminar las casas. “La obra pública genera trabajo y mueve la economía”, dijo. Además, destacó que el IPV usará fondos propios para entregar las viviendas a las familias que las esperan desde hace más de 10 años, muchas de ellas vinculadas a gremios y organizaciones de Tucumán.