Lunes 07 de Abril de 2025, 18:41
Trump lanzó la semana pasada su guerra comercial con aranceles mínimos del 10% a todo el mundo, 20% a la UE y un 54% acumulado a China, pero ahora asegura estar buscando"tratos justos" y está abierto a negociar. La estrategia le parece estar funcionando: más de 50 países ya se sentaron a hablar, menos China, que sigue trabada por las tensiones.
Acá va cómo está el mapa:
UE: Con 20% encima, mandaron emisarios como Italia y Suiza a Washington a negociar rebajas.
Israel: Se adelantó, sacó sus aranceles a EE.UU. y espera lo mismo de vuelta.
Vietnam: Con 46% de aranceles en contra (el más alto), pide tiempo y ofrece tarifas cero para no caer en crisis
Japón: Trump ya charló con su premier; buscan abrir mercado y esquivar el golpe.
India: Propone eliminar aranceles si Trump afloja.
Canadá y México: Con 25% por el T-MEC, negocian rápido para ajustar el trato.
Camboya y Taiwán: Ofrecen cero aranceles; Taiwán suma inversiones en EE.UU.
China: Con 34% y 54% acumlado, impuso aranceles en contra de EEUU y la negociación está trabada
Argentina, con Milei al frente, va por el primer puesto. Quiere ser el pionero en un acuerdo de tarifas cero con EE.UU., y el propio presidente está manejando las charlas. Aprovechando el superávit comercial de 228 millones en 2024 y productos clave como petróleo y alimentos, Milei negocia directo con figuras como Howard Lutnick. Si el Mercosur lo complica, ya avisó que podría salir del bloque. Desde el gobierno apuestan a aceptar prácticamente todo lo que pida Trump, quién también necesita mostrar alguna negociación rápida y exitosa.
Es que Milei no solo apuesta por el comercio, sino también por un alineamiento estratégico con EE.UU. En febrero de 2025, en el CPAC, lanzó la idea de Argentina como "socio modelo" de Trump, y desde entonces no aflojó. Con exportaciones al mercado yankee que pesan 8,1% del total, sabe que un acuerdo así podría disparar sectores como agroindustria y energía. El riesgo está en el Mercosur: si Brasil o Paraguay no ceden, Milei podría romper la baraja y jugársela solo, algo que ya insinuó en más de una ocasión.
Mientras tanto, la presión de Trump está dando frutos en otros lados. Taiwán, por ejemplo, no solo ofrece aranceles cero, sino que promete fábricas en suelo estadounidense para sellar el trato. Vietnam, desesperado por no perder su tajada exportadora, negocia contrarreloj. Hasta Japón, que suele ir con cautela, acelera el paso. Si Argentina cruza la meta primero, podría sentar un precedente y dejar a varios mirando desde el banco.
Sin embargo, el acuerdo no está garantizado. Milei parece dispuesto a ceder casi cualquier cosa para complacer a Trump, lo que genera dudas sobre si Argentina saldrá realmente ganando o solo será un trofeo para la Casa Blanca. El mandatario estadounidense por su parte, necesita un éxito rápido para probar que su presión arancelaria funciona, y un trato con Argentina podría ser la victoria simbólica que busca, aunque no necesariamente la más jugosa en términos económicos.