Sábado 19 de Abril de 2025, 16:26
Con el objetivo de cuidar el medioambiente, en muchos puntos del país se dejaron de usar los sorbetes de plástico. En la Ciudad de Buenos Aires, incluso, este producto directamente fue prohibido.
Aunque el papel y el cartón aparecieron como reemplazo, no resultaron ser la mejor solución. Al entrar en contacto con la bebida en pocos minutos las bombillas se terminan desarmando y muchos consumidores optan por tirarlas enseguida o no utilizarlas, y tomar del vaso.
Ante este panorama, dos jóvenes que se conocieron estudiando agronomía
se pusieron a investigar y crearon un producto que sorprende no solo al
campo argentino sino a toda América Latina.
La producción de los sorbetes de trigo empieza en un campo de Bragado y termina en Capital Federal.
“No entendíamos cómo nunca antes se había hecho”
Franco De Estéfano y Francisco Ben descubrieron que era posible “separar la paja del trigo” y con el tallo de las plantas diseñaron sorbetes “sustentables y sostenibles, con un nombre ruidoso”.
El tallo de las plantas de trigo atraviesa una serie de pasos hasta poder usado como sorbete.“Conocimos el producto porque ya se comercializaba en Asia. Empezamos a investigar y no entendíamos cómo nunca antes se había hecho. Trabajamos mucho y ahora nosotros estamos en el mercado. Logramos superar una gran pared que fue la falta de información, porque China no comparte casi datos”, le contó De Estéfano a TN.
El joven es de Capital Federal y junto a su compañero que es de Bragado,
se convirtieron en “pioneros en la Argentina” con este producto. “El
tallo es lo que nos importa, y es la solución frente al papel y el
cartón. Al ser todo 100% natural, el proceso es lento y complejo porque
no hay una planta de trigo igual a otra y tampoco se puede automatizar
el cortado”, explicó el agrónomo.
A los tallos de las plantas los transforman en bombillas para las bebidas “Podemos y debemos hacer de todo en la Argentina”Antes de que llegue la paja al vaso deben seleccionar y cortar, para luego esterilizar, secar y empaquetar. Tras la cosecha de diciembre, los amigos ya pudieron colocar el producto en el mercado.
“Nos da mucha felicidad el proceso, sentimos que estamos trazando un camino y todo el trabajo que hicimos nos da alegría y emoción”, expresó Franco y contó que hasta el momento
“la repercusión fue buenísima”.“El papel y el cartón no cumplen con su función, y no son sostenibles ni sustentables porque más allá de que en la bebida se rompen, ambos materiales están ligados a la deforestación”, indicó.
Mientras se posicionan en el mercado con un nombre
“ruidoso, memorable y direccionado”, De Estéfano contó que tienen como objetivo
“crecer en volumen con venta directa”, y en 2026
“exportar a países limítrofes ya con un año de experiencia encima”.
Franco y Francisco lograron superar las complicaciones burocráticas, y poner su producto en el mercado.Después de superar muchas cuestiones burocráticas, el agrónomo consideró que la clave es
“esforzarse y seguir”. “Podemos y debemos hacer de todo en la Argentina, tenemos con qué”, reflexionó. /
TN