Jueves 08 de Mayo de 2025, 07:16
Como una economía en pausa, el economista Estaban Domecq advirtió que “la Argentina está cara y aún no acumula dólares”.
La frase fue durante un encuentro con empresarios cordobeses, en donde el directivo de Invecq analizó la marcha del programa económico del gobierno nacional, remarcó la tensión entre objetivos políticos y financieros, y alertó por la sostenibilidad del esquema cambiario de cara a las elecciones.
“La Argentina sigue sin reservas, sin financiación y con una pobreza arriba de los 30 puntos. Esa herencia seguirá viva”, sentenció el especialista ante un auditorio de inversores y empresarios reunidos por SyC Inversiones. El presidente de la consultora trazó un panorama realista -y con más de una advertencia- sobre el rumbo económico del gobierno libertario.
El evento, titulado “Un puente a la estabilidad: economía en clave electoral”, giró en torno a una pregunta crucial: “¿Cómo se sale de un programa que pierde dólares a uno que compra?”. Para Domecq, la respuesta todavía es incierta: “Lograron detener la hemorragia, pero no se pusieron del lado comprador y acumulador de dólares. Dudo que puedan hacerlo en los próximos meses”.
Con gráficos y cifras, el economista explicó que el Banco Central frenó la caída de reservas gracias al acuerdo con el FMI, pero que aún no pudo pasar al terreno positivo. En ese contexto, destacó una estrategia de “sintonía fina” en lo monetario y cambiario, pero advirtió que se trata de un esquema “transitorio”, orientado a las urnas más que a la estabilización macroeconómica: “Hay una dicotomía entre lo que necesita la economía y lo que necesita la política, que es ganar elecciones”.
Domecq estimó que, en este escenario electoral, los argentinos podrían demandar hasta 5.000 millones de dólares hasta octubre. “El argentino no gasta porque ahorra en dólares y los tiene en el colchón. Lo que necesita el gobierno es que esos dólares estén en el sistema”, afirmó, en referencia al desafío de movilizar ese stock hacia la economía formal.
"El gobierno necesita llegar a octubre con la inflación más baja posible y que la política gane las elecciones. Para eso se necesita llegar con tipo de cambio lo más bajo posible, pero están comprando dólares los importadores, está comprando los turistas, está comprando el banco central. Si están todo comprando, esa compra corrige un tipo de cambio más alto en la zona de la banda", indicó.
También señaló que, tras 15 meses de gestión, se produjo una corrección de precios relativos, pero con nuevos desajustes: “Con el cierre de la brecha, hay una Argentina que está quedando cara, sobre todo en precios y servicios transables”. Para Domecq, la falsa sensación de recuperación esconde asimetrías: “Hay sectores que salieron disparados, pero otros que van subiendo muy lento. Por eso hablamos de una falsa V”.
Sobre el tipo de cambio, explicó que el dólar oficial se movió de $1.080 a $1.200 con el nuevo esquema de bandas, lo que representó una mejora del 10% para importadores. Sin embargo, apuntó: “El 1 a 1 de la convertibilidad equivale hoy a $940. El dólar de Alberto estaba en $3.500. Hay una recalibración, pero no una corrección real”. Para fin de año, proyectó que el tipo de cambio podría ubicarse en torno a los $1.400 o $1.450.
Según su análisis, el gobierno atraviesa la cuarta etapa de su programa económico —la tercera según la Casa Rosada—, marcada por una lógica de contención electoral: “Se detuvo la hemorragia y se pusieron dólares de respaldo, pero se evitó la corrección del tipo de cambio. Con eso, se asumen riesgos”.
Domecq también subrayó que el frente internacional no ayuda. “El mundo no está cómodo. Las monedas emergentes siguen depreciadas y el dólar está débil. El gran perdedor es el petróleo, malas noticias para Vaca Muerta”, resumió. Agregó que las commodities agrícolas se encuentran cerca de mínimos históricos.
En cuanto al frente político, planteó que, si bien el oficialismo podría mejorar su posición relativa en las elecciones legislativas, no alcanzaría el quórum en Diputados ni alteraría sustancialmente el mapa del Senado. “La clave pasa por las señales. El gobierno necesita ratificar su mandato político en las urnas”, sentenció.
Finalmente, advirtió que la prioridad del gobierno es “llegar a octubre con la inflación más baja posible y un tipo de cambio controlado”. Pero alertó: “Hoy manda la necesidad política. Recién después del 27 de octubre comenzará la etapa cinco del gobierno, y ahí veremos si puede sostenerse esta estrategia”.
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