Trump felicitó a Robert Prevost como nuevo Papa: un “gran honor” que sea estadounidense

Jueves 08 de Mayo de 2025, 14:58

El cardenal ha sido elegido como el 276 Pontífice y se convierte en la primera persona de EEUU en ocupar el máximo cargo en la Iglesia Católica



El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, felicitó este jueves al cardenal Robert Prevost por su elección como nuevo Papa, una “emoción” y un “gran honor” que hace extensible también al conjunto del país, ya que es el primer estadounidense en ocupar el cargo.

“Es un honor que sea el primer Papa estadounidense”, dijo Trump, que espera poder verse próximamente con el ya denominado León XIV. “¡Será un momento muy significativo”, destacó en un mensaje en su cuenta de Truth Social.

El cardenal estadounidense fue elegido como el 276 Pontífice y se convirtió en el primer estadounidense y el primer agustino en convertirse en Papa en la historia de la Iglesia Católica. También tiene la nacionalidad peruana y cuenta con ascendencia española.

Quién es Robert Prevost

Robert Prevost llegó a Perú por primera vez como joven misionero agustino y, desde el país andino, partió como obispo rumbo al Vaticano donde este jueves ha sido coronado como el primer papa estadounidense, que se hará llamar León XIV.

Prevost, de 69 años y que también tiene nacionalidad peruana, llega al trono de San Pedro con una inclinación pastoral, perspectiva global y capacidad para gobernar la curia vaticana.

Su reputación de moderado y de constructor de puentes será además crucial en un momento en que la Iglesia aparece muy dividida.

El recién elegido Papa León

Prevost ha pasado un tercio de su vida en Estados Unidos. El resto entre Europa y América Latina, una de las periferias del mundo de donde también era el argentino Jorge Mario Bergoglio.

El diario italiano La Repubblica lo llamó “el menos estadounidense de los estadounidenses” por la moderación de sus palabras.

La idea de un papa norteamericano estuvo por siglos descartada en Roma, ya fuera por la distancia --estaban tan lejos que normalmente llegaban tarde a los cónclaves-- o por decisiones geopolíticas.

Según el sitio especializado Crux, tener un pontífice de la primera potencia mundial hacía temer además que la CIA pudiera meter sus manos en la Iglesia.

Arzobispo emérito de Chiclayo, a unos 750 km al norte de Lima, Prevost obtuvo la nacionalidad peruana en 2015.

Dejó Perú para sumarse al gobierno vaticano, donde dirigió el importante dicasterio para los Obispos, que tiene la destacada función de aconsejar al papa sobre los nombramientos de los jerarcas de la Iglesia.

Tras la muerte de Francisco, Prevost dijo que aún quedaba “mucho por hacer” en la transformación de la Iglesia.

“No podemos parar, no podemos retroceder. Tenemos que ver cómo el Espíritu Santo quiere que la Iglesia sea hoy y mañana, porque el mundo de hoy, en el que vive la Iglesia, no es el mismo que el mundo de hace 10 o 20 años”, dijo el mes pasado a Vatican News.

“El mensaje siempre es el mismo: proclamar a Jesucristo, proclamar el Evangelio, pero la manera de llegar a las personas de hoy, los jóvenes, los pobres, los políticos, es diferente”, añadió.

Misionero en Perú

Fue uno de los cardenales más cercanos a Francisco, cuyo pontificado generó resistencias dentro de los sectores más conservadores.

Pero al mismo tiempo, su sólida formación en Derecho Canónico tranquiliza en estos círculos que buscan un enfoque más centrado en la Teología.

Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago y asistió a un seminario menor de la Orden de San Agustín en San Luis como novicio antes de graduarse en Matemáticas en Filadelfia.

Políglota, estudió Derecho Canónico en Roma, donde también obtuvo un doctorado.

Se unió a los agustinos en Perú en 1985 para la primera de sus misiones en el país andino.

Al regresar a Chicago en 1999, fue nombrado prior provincial de los agustinos en esa región estadounidense y posteriormente prior general de la orden en todo el mundo.

Regresó a Perú en 2014 cuando Francisco lo designó administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo.

Casi una década después, entró en la curia en sustitución del cardenal canadiense Marc Ouellet, que fue acusado de agredir sexualmente a una mujer y renunció por motivos de edad. Entonces, el difunto pontífice lo nombró también presidente de la comisión pontificia para América Latina.