León XIV: el estadounidense que no era el favorito de Donald Trump y que puede ser un muro de contención a sus políticas

Jueves 08 de Mayo de 2025, 18:04

El recién elegido Papa León XIV, el cardenal Robert Prevost de Estados Unidos, pronuncia el mensaje "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mundo) desde el balcón de la Basílica de San Pedro. Foto Reuters



Minutos después de que se anunciara al mundo la designación del nuevo Papa, Donald Trump felicitó este jueves a Francis Prevost, el primer pontífice estadounidense de la historia, aunque el presidente se había manifestado a favor de un jefe de la Iglesia más conservador y prefería un pontífice que no siguiera el pensamiento de Francisco, sobre todo en el cuidado de los inmigrantes.

“Felicitaciones al cardenal Robert Francis Prevost, que acaba de ser nombrado Papa. Es un gran honor darse cuenta de que es el primer Papa estadounidense. ¡Qué emoción, y qué gran honor para nuestro país! Espero encontrarme con el Papa León XIV. ¡Será un momento muy significativo!”, escribió en su red social Truth Social.

A pesar de haber nacido en Chicago y tener raíces estadounidenses, Prevost ha pasado buena parte de su vida fuera de Estados Unidos. Es visto como un eclesiástico que trasciende las fronteras y que seguirá el camino más progresista de Francisco por su compromiso con los pobres y los migrantes y un rol central en la caridad.

Prevost, de pocas palabras, le dijo al sitio web oficial de noticias del Vaticano el año pasado que "se supone que el obispo no debe ser un principito sentado en su reino".

Ordenado en 1982 a los 27 años, Prevost estudió en la Universidad Villanova en Pennsylvania y recibió un doctorado en derecho canónico en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino en Roma. Luego permaneció 18 años en Perú, donde fue misionero, párroco, maestro y obispo y también recibió la ciudadanía de ese país latinoamericano.

Como líder de los agustinos, visitó órdenes de todo el mundo y habla español e italiano, además de inglés. Toda una señal, durante su discurso no habló en su idioma nativo, el inglés, sino que se tomó unos minutos para pronunciar unas palabras en español.

El hecho de que un estadounidense esté sentado en el trono de San Pedro traerá cierto orgullo a Trump, que posiblemente ahora se jactará del poder amplio que Estados Unidos tiene en el mundo. Pero el presidente tenía otro favorito, mucho más conservador que Prevost, que es visto como el “menos estadounidense de los cardenales estadounidenses”.

Trump ha tenido muchos choques con Francisco, sobre todo por la relevancia que el argentino dio a los migrantes, una de las máximas preocupaciones de su papado. Varias veces ha criticado al presidente estadounidense durante su primer mandato por sus políticas anti inmigrante y dijo que “no es cristiano” construir un muro en la frontera, como hizo Trump.

Incluso hace poco, en febrero, Francisco lanzó una contundente crítica a los planes de Trump para realizar deportaciones masivas de migrantes, y advirtió que la expulsión forzada de personas únicamente por su estatus ilegal las priva de su dignidad inherente y “terminará mal”.

Los analistas resaltan que en estos tiempos es importante porque Prevost “entiende a Estados Unidos y puede hablarle al país, lo cual es importante en la era Trump".

Días atrás, el presidente posteó en la cuenta oficial de la Casa Blanca una foto de Trump vestido como Papa generada con inteligencia artificial, que fue criticada en todo el mundo, incluso por los sectores más conservadores de la Iglesia estadounidense.

Y después de bromear con los reporteros afuera de la Casa Blanca el miércoles 30 de abril de que le gustaría ser el próximo papa, Trump sugirió más tarde a otro candidato para suceder a Francisco. Y que no era Prevost.

“Debo decir que tenemos un cardenal que resulta estar en un lugar llamado Nueva York que es muy bueno, así que veremos qué pasa"
, dijo Trump, refiriéndose al cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York.

Dolan, de 75 años, encabezó las oraciones por las dos inauguraciones presidenciales de Trump y aparece regularmente en noticias y programas de entrevistas y en las redes sociales, lo que le ha valido una reputación de carisma y conocimiento de los medios. Fue nombrado arzobispo de Nueva York en 2009 y fue nombrado miembro del Colegio Cardenalicio en 2012 por el Papa Benedicto XVI.

Dolan es ampliamente visto como conservador y escribió una columna en el Wall Street Journal en 2018 titulada "Los demócratas abandonan a los católicos".

Si bien no es considerado tan progresista con los católicos gays, lesbianas, bisexuales y transgénero como fue Francisco (citó el “estilo de vida homosexual” y las “familias alternativas compuestas por parejas del mismo sexo y sus hijos adoptivos” como prácticas que están “en desacuerdo con el Evangelio”), Prevost es más abierto que el ala conservadora de la iglesia estadounidense que, como Trump, rechaza cualquier cambio en ese sentido y también promueve la derogación del aborto.

El nombre que eligió, León XIV, tiene un gran simbolismo. León XIII, que asumió en 1878, fue el autor de la encíclica Rerum Novarum, que fundó la doctrina social de la iglesia y bregaba por salarios justos y mejores condicones para los obreros, por lo que a León XIII se lo conoció como "el Papa de los trabajadores".

Aquél pontífice abrió la iglesia a un protagonismo mundial, con acercamientos a la comunidad anglicana y a los ortodoxos griegos. Y también reforzó específicamente los lazos con la iglesia estadounidense, fomentando la expansión del catolicismo en EE.UU.

Prevost llega en momentos en que el catolicismo estadounidense está pasando por un auge en el poder. El actual vicepresidente JD Vance se convirtió al catolicismo hace pocos años y el ex presidente Joe Biden fue el primer presidente católico desde el ex presidente John F. Kennedy.

Las escuelas católicas también aumentaron la matrícula durante la pandemia y se han beneficiado de un movimiento en auge de los vales para escuelas privadas, que ayudan a pagar la matrícula de las escuelas privadas.

El 20 por ciento de los adultos estadounidenses se identifican como católicos, una proporción que se ha mantenido estable durante la última década. Los católicos constituyen una proporción aún mayor de la población en Chicago, la ciudad natal del papa León XIV, donde una de cada tres personas es católica en el área más amplia de Chicago, según la Arquidiócesis de Chicago. /Clarín