Lunes 26 de Mayo de 2025, 10:06

Solo sobrevivieron su esposo, que sufrió múltiples operaciones y debieron retirarle parte de su pulmón, y el menor de sus niños, a quien se le amputó una mano y sufrió quemaduras en el cuerpo.
En pleno turno de guardia en el hospital Nasser de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza,
la doctora Alaa al-Najjar recibió la noticia de que su casa fue bombardeada por el ejército israelí. Al llegar al lugar, que estaba reducido a escombros, encontró los cuerpos carbonizados de sus hijos, los cuales habían sido recuperados entre las ruinas.
Bajo una carpa de duelo levantada cerca de la vivienda destruida, la pediatra se mostró en estado de shock, rodeada de mujeres que lloraban mientras las explosiones aún resonaban en el sur del enclave palestino. Desde el inicio de la guerra desencadenada por el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, las escenas de horror se repiten.
“Corrí hasta la casa y la encontré totalmente destruida, reducida a un montón de piedras sobre sus niños y su marido”, relató
Sahar al-Najjar, hermana de la doctora, a la AFP.
“Nueve niños estaban calcinados, irreconocibles. El décimo hijo y su padre se encuentran en un estado crítico. No pude reconocer a los niños entre los sudarios. Sus rasgos habían desaparecido”, precisó entre lágrimas.
El bombardeo, ejecutado el viernes por la tarde, impactó directamente sobre la casa familiar sin previo aviso, según los testigos. En ese momento se encontraban allí los diez hijos de la pareja y su padre,
Hamdi al-Najjar, también médico. La Defensa Civil de Gaza confirmó que nueve de los chicos murieron calcinados.
Adam, el menor, de 10 años, fue el único sobreviviente.
El ejército israelí explicó a la AFP que “bombardeó a varios individuos sospechosos de operar desde una estructura” cercana a las tropas en la zona de la casa de la pareja de médicos"Saqué a Adam, quemado, y lo llevé al hospital. Los rescatistas transportaron a Hamdi", relató
Ali al-Najjar, hermano de Hamdi. "Encontré la casa de mi hermano (...) reducida a ruinas y mis familiares debajo" de los escombros, agregó. A partir de ese descubrimiento, trató de cavar con las manos junto a los empleados de las ambulancias para intentar encontrar a los otros niños.
Según fuentes médicas, Hamdi sufrió múltiples operaciones en el hospital de campaña jordano, donde los médicos tuvieron que retirarle gran parte del pulmón derecho. Unas 17 bolsas de sangre le fueron administradas. A su hijo Adam, quien fue internado en cuidados intensivos, se le amputó una mano y sufrió quemaduras en el cuerpo.
Por su parte, el ejército israelí declaró a la AFP que uno de sus aviones “bombardeó a varios individuos sospechosos de operar desde una estructura” cercana a las tropas en esa zona. "La afirmación sobre los daños causados a civiles no implicados se está examinando”, añadió.
Ali relató también el momento en que la madre de los niños llegó al lugar del ataque, a pie y sin vehículo:
“Alaa llegó corriendo. Cuando vio los cuerpos carbonizados, se puso a gritar. Reconoció a su hija Nibal y gritó su nombre”.
Mohammed, allegado a la familia, resumió la magnitud de la tragedia: “Es una inmensa pérdida. Alaa está destruida”.
Mientras tanto, Ali intenta reunir el valor para enfrentar el momento más duro: contarle a su hermano que sus nueve hijos murieron. “No sé cómo decirle. ¿Debo anunciarle que murieron sus hijos? Los enterré en dos tumbas”, planteó.
"No hay lugar seguro en Gaza. La muerte es más dulce que este suplicio", concluyó.
/Pronto
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