Miércoles 11 de Junio de 2025, 07:45
Un reciente estudio desarrollado en Corea del Sur y publicado por la revista Nature confirmó que el consumo de café no sólo ayuda a mantenerse alerta, sino que también reorganiza la conectividad funcional del cerebro, generando mejoras significativas en la memoria de trabajo y la función ejecutiva. La investigación, validada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), aporta evidencia científica sobre los efectos positivos del café en el rendimiento cognitivo, más allá de su conocido efecto estimulante.El estudio fue liderado por investigadores de la Universidad de Corea y el Instituto de Ciencia y Tecnología de Corea, quienes reclutaron a 21 adultos jóvenes con una edad promedio de 31 años. Todos los participantes tenían un alto nivel educativo y no presentaban antecedentes de trastornos neurológicos o psiquiátricos.
Antes de ser evaluados, se abstuvieron de consumir cafeína y otras sustancias por 24 horas. Luego, se les administró una dosis equivalente a una taza pequeña de café (67 mg de cafeína) y se midió su actividad cerebral mediante electroencefalografía (EEG), además de someterlos a una serie de pruebas neuropsicológicas.
El análisis de EEG, realizado con tecnología de 32 canales, mostró que tras consumir café, la conectividad del cerebro se reorganizó hacia un patrón más eficiente, especialmente en las bandas de frecuencia delta y theta. Esta reorganización se centró en las regiones fronto-centro-parietales del cerebro, áreas clave para funciones como la atención y la planificación.
En términos de rendimiento cognitivo, los voluntarios mostraron avances claros. En las pruebas de memoria de trabajo como el Digit Span, el número de dígitos recordados aumentó tanto en la versión directa como en la inversa. Además, en el Trail Making Test Part B, diseñado para evaluar la función ejecutiva y la velocidad psicomotora, se observó una mejora en el tiempo de ejecución, lo que sugiere una mayor agilidad mental.Según los científicos, estos resultados no se deben a percepciones subjetivas, sino a modificaciones reales en la arquitectura funcional del cerebro. La conectividad más eficiente se manifestó en características como mayor agrupamiento neuronal, caminos más cortos entre regiones del cerebro y una mejor integración de la información, factores que en conjunto permiten un procesamiento más rápido y efectivo.
La investigación también encontró correlaciones entre estas mejoras cognitivas y parámetros específicos de la red cerebral, como la disminución del diámetro en la banda alfa y de la asortatividad en la banda beta, así como un incremento de la propiedad small-worldness en la banda alfa. Esto sugiere que la clave del impacto del café en el cerebro podría estar en la eficiencia global de las redes neuronales, más que en la activación de áreas específicas.
Para la comunidad médica y científica, estos hallazgos refuerzan el valor del café como aliado del desempeño mental, sobre todo en contextos académicos o laborales que demandan alta concentración. En un contexto donde la salud cognitiva se vuelve cada vez más relevante en el envejecimiento poblacional, esta investigación ofrece una base sólida para futuras exploraciones sobre cómo la dieta y ciertos hábitos cotidianos pueden influir en el funcionamiento cerebral.
Aunque aún se necesitan estudios con muestras más amplias y diversos perfiles demográficos, los resultados obtenidos por los investigadores coreanos abren una nueva línea de evidencia en el campo de la neurociencia cognitiva y la nutrición funcional. El café, más allá de su aroma y sabor, podría convertirse en una herramienta diaria para potenciar la mente.
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