Aguilar Fajardo fue notificado formalmente por el fiscal sobre el cambio de carátula el lunes, cuando volvió a sentarse frente a Rulli para la indagatoria de rigor.
Durante esa audiencia brindó básicamente el mismo relato de los hechos y respondió algunas preguntas de sus abogados, que intentaron defender la idea de que el agente actuó en legítima defensa frente al ataque de cuatro delincuentes armados.
Aun así, el fiscal mantuvo la imputación inicial. Argumentó que el policía, de 21 años y perteneciente a la Policía Federal Argentina, pudo prever las consecuencias de disparar en esas circunstancias, aunque siguió tirando con su arma reglamentaria y aceptó el riesgo de provocar muertes.
En cuanto a la actuación del policía respecto del presunto ladrón de 18 años que murió por un tiro en el cuello, la fiscalía calificó la acción como exceso en la legítima defensa. Esa decisión se basó en las pericias y en las imágenes de cámaras de seguridad que muestran que los disparos se efectuaron cuando los asaltantes ya estaban en fuga.
En el caso de los otros dos ladrones, ambos de 21 años, resultaron heridos: uno por un disparo en la pierna derecha y el otro por una herida abdominal grave. El cuarto sospechoso logró escapar aunque fue detenido a mediados de esta semana.
El cuarto delincuente fue detenido cerca de donde ocurrió el hecho
El caso
El episodio ocurrió cerca de las 22.30 del miércoles 4 de junio, en la intersección de avenida Crovara y Madrid. Fabián Correa y su hijo Thiago esperaban el colectivo cuando Aguilar Fajardo, que iba acompañado por su madre y estaba de civil, fue abordado por cuatro hombres armados que intentaron robarle.
En respuesta, el agente federal extrajo su pistola reglamentaria y disparó. En medio del tiroteo, uno de los asaltantes, Brandon Corpus Antelo, de 18 años, perdió la vida por un tiro en el cuello. Otros dos quedaron heridos de gravedad y el último se escapó.
Durante las pericias en la escena, la Policía Científica secuestró un revólver calibre .38 sin numeración ni municiones, una vaina servida, un proyectil deformado y rastros de sangre de Thiago. El niño murió el viernes, tras pasar más de un día internado en estado crítico.
La investigación sostiene que la actuación del policía superó los límites de la legítima defensa y que el agente debió anticipar el desenlace fatal, dadas las condiciones en las que abrió fuego. El juez de Garantías, que actúa en la causa, resolvió dejarlo detenido mientras continúa el proceso. /
Infobae