Martes 15 de Julio de 2025, 01:15

Fernando Stanich
La Asociación de Prensa de Tucumán (APT) expresó su enérgico repudio ante el despido considerado arbitrario de Fernando Stanich, periodista con más de dos décadas de trayectoria en el diario La Gaceta. La entidad gremial manifestó su rechazo a través de un comunicado difundido en redes sociales y replicado por distintos medios provinciales.Según expresó el propio Stanich en su cuenta de X (ex Twitter), fue desvinculado por decisión de las autoridades de la Redacción, luego de haber comenzado a co-conducir un programa informativo en Canal 8. “Tengo 47 años y casi 21 los pasé dentro de La Gaceta. Hoy, las autoridades de la Redacción decidieron despedirme —y buscan no pagarme indemnización, lo que será discutido en el ámbito que corresponde— solo por haber comenzado la co-conducción de un programa informativo en Canal 8”, detalló el periodista.
La publicación de Stanich generó una inmediata reacción en redes, donde numerosos colegas y usuarios expresaron su solidaridad y apoyo. En ese marco, la Asociación de Prensa manifestó su respaldo al trabajador despedido y denunció que se trata de un acto arbitrario que atenta contra la libertad laboral y el derecho de los periodistas a desarrollar múltiples actividades profesionales, sin que ello implique una sanción o pérdida de empleo.
Desde el sindicato advirtieron que seguirán el caso de cerca y acompañarán al periodista en las instancias legales correspondientes para garantizar que se respeten sus derechos laborales.
La publicación de Stanich:
Tengo 47 años y casi 21 los pasé dentro de La Gaceta. Hoy, las autoridades de la Redacción decidieron despedirme -y buscan no pagarme indemnización, lo que será discutido en el ámbito que corresponde- solo por haber comenzado la co-conducción de un programa informativo en Canal 8 de una hora y media y a las 7 am. Aclaro que conduzco un programa de radio en idéntico horario desde hace cinco años, sin ningún reparo previo y sin que esto implique ninguna contradicción o perjuicio para La Gaceta.
A lo largo de estos más de 20 años dediqué mi vida a ofrecer el mejor periodismo posible, relegándome en infinidad de ocasiones y dejando de lado muchísimas falencias laborales y económicas propias de la empresa. Todo en nombre del periodismo, porque así lo concibo.
Aducen las personas que manejan la Redacción que mi comportamiento es desleal e incompatible, olvidando la libertad de trabajo consagrada en la Constitución y que mi rol en LG es el de editor de Política y que no tengo más que apariciones esporádicas -no pagadas- en LG Play.
Más allá de lo jurídico y legal, el destrato, la inédita violencia y la persecución ejercidas contra mi persona implican un claro daño moral. La Gaceta me trata de desleal después de haber estado casi 21 años con una conducta intachable, asumiendo tareas que excedían a mi función y para la cual jamás recibí la paga correspondiente. Un ejemplo es el último verano, en el que me pidieron que quedara a cargo de la edición diaria de casi todas las plataformas durante enero. ¿Hace apenas siete meses no era desleal y merecía asumir esa responsabilidad?
Antes de comenzar mi proyecto televisivo, en mayo, les ofrecí a las autoridades de La Gaceta vincular ambas propuestas: aprovechar el aire de un canal abierto para potenciar la agonizante edición papel, destacar las producciones periodísticas de LG e incluso asuntos comerciales.
Nada de eso quisieron aceptar las autoridades de la empresa, a pesar de que hasta no hace mucho había acuerdos similares entre ambos medios de comunicación y que muchos colegas y jefes -con todo derecho- realizan tareas similares en otros medios y plataformas e incluso lo hicieron durante años en agencias de noticias, de manera simultánea.
Resulta contradictorio que en un contexto de crisis económica y de multiempleo por los magros salarios que paga la industria, un medio como La Gaceta pretenda coartar la libertad laboral de algunos de sus periodistas, impidiendo su progreso y mejora en la calidad de vida.
Dejo fuera de todo este descargo a muchos de mis compañeros, quienes comparten la impotencia y padecen muchas veces en silencio -por necesidad- las injusticias.
Destaco también a ex jefes y a la mayoría de los actuales, quienes tampoco pueden hacer mucho cuando más arriba solo hay criterios caprichosos, egoístas ymediocres de conducción.
Agradezco el tiempo vivido y compartido, así como los aprendizajes.
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