Domingo 20 de Julio de 2025, 22:03
El
término gaslighting ha cobrado relevancia en redes sociales por describir una
forma sutil pero devastadora de abuso psicológico. Esta técnica de manipulación emocional lleva a las personas a dudar de su percepción, memoria e incluso de su salud mental, generando
graves consecuencias como ansiedad, depresión y traumas persistentes.
El origen del concepto se remonta a la
película Gaslight (1944), donde un hombre manipula a su esposa hasta convencerla de que está perdiendo la cordura. Desde entonces, el término ha evolucionado para describir un
patrón de abuso psicológico que busca confundir a la víctima y debilitar su confianza en sí misma.
Según el medio especializado Medical News Today, el gaslighting
no solo afecta relaciones de pareja, sino que también puede darse en ámbitos laborales, sociales y culturales, especialmente en contextos de vulnerabilidad. Las tácticas del abusador suelen incluir frases como “eso nunca pasó”, “eres muy sensible” o “te lo estás imaginando”, que poco a poco distorsionan la percepción de la víctima sobre la realidad.
En su forma más extrema, las víctimas pueden llegar a creer que padecen trastornos mentales, lo que las vuelve emocionalmente dependientes del manipulador y dificulta aún más su salida del vínculo abusivo. Además, el gaslighting
puede escalar a otras formas de violencia. Medical News Today advierte que
el abuso emocional a menudo precede al abuso físico.
Esta práctica también se extiende a dinámicas sociales más amplias. Se ha identificado el
“gaslighting racial”, que consiste en desacreditar las denuncias de racismo tratándolas como exageradas o paranoicas. Situaciones similares se han reportado en el trato hacia inmigrantes, quienes pueden ser
engañados sobre sus derechos o intimidados mediante amenazas falsas.
De acuerdo con la publicación Psicología y Mente, los
efectos psicológicos del gaslighting son profundos: deterioro de la autoestima, confusión constante, sensación de culpa y aislamiento. La persona llega a depender del abusador para interpretar la realidad, convencida de que no puede confiar en su propio juicio.
Reconocer el gaslighting no siempre es sencillo. La
psicóloga Robin Stern, citada por Psicología y Mente, identifica señales de alerta como la necesidad constante de disculparse, evitar ciertos temas por miedo, o justificar actitudes ajenas que en otro contexto serían inaceptables.
¿Cómo enfrentarlo?
Los especialistas recomiendan una serie de estrategias:
- Confiar en la intuición ante sensaciones persistentes de incomodidad.
- Establecer límites claros y no ceder ante intentos de invalidación.
- Evitar buscar la aprobación del abusador.
- Reafirmar la validez de las propias emociones.
- Buscar apoyo profesional y redes de contención social.
Aunque el gaslighting puede prolongarse durante años sin ser reconocido, estar informado sobre sus mecanismos es clave para recuperar la autonomía emocional. Como subraya Medical News Today, la conciencia sobre esta forma de abuso es el primer paso para romper el ciclo y reconstruir la confianza propia.