El DT Russo se cansó y borró al jugador chileno por el que Boca pagó U$S 4,8 millones

Martes 22 de Julio de 2025, 07:55

Carlos Palacios le comete penal a Otamendi en el partido de Boca y Benfica del Mundial de Clubes; el chileno no logra despegar desde lo futbolístico y encima comete fallas que caen mal en el cuerpo técnico de Russo



Hace poco más de un mes, Boca parecía haber encontrado el rumbo. El equipo mostraba señales de mejora, los hinchas se ilusionaban, el cuerpo técnico tenía respaldo y todo giraba en torno a un proyecto que empezaba con buen clima. Pero ese impulso duró poco. 

La eliminación temprana en el Mundial de Clubes, ante un rival semiamateur, marcó un quiebre. Desde entonces, no ganó. El presente se volvió tenso. Y el cruce de este miércoles ante Atlético Tucumán, por Copa Argentina, ya no es solo una chance para ver a Leandro Paredes como titular: se transformó en un partido clave. 

Este lunes, además, llegaron más malas noticias. Ander Herrera sufrió una molestia que podría ser su quinta lesión muscular en siete meses y quedó descartado. 

El chileno Carlos Palacios, resistido por una parte de los hinchas, tampoco se entrenó por un supuesto dolor en la rodilla. No hubo parte médico oficial y, otra vez, se generaron suspicacias: Miguel Russo decidió no incluirlo en la lista de concentrados.

La llegada de Paredes, que había generado entusiasmo, quedó opacada por el mal momento general. Boca lleva ocho partidos sin victorias (en el medio avanzó por penales ante Lanús) y está a un paso de igualar una de las peores rachas de su historia, como en 1951, 1984, 1989 y 2004. La seguidilla de empates y derrotas abarca el cierre del ciclo Gago, el breve interinato de Mariano Herrón y este arranque de Miguel Russo, que había debutado con un empate prometedor frente a Benfica pero perdiendo la forma con el correr de los encuentros. El equipo volvió a mostrar falencias ya conocidas: falta de juego, decisiones difíciles de explicar, rendimientos bajos que se repiten y problemas de conducta.

Palacios está en la mira

El caso Palacios sumó un nuevo capítulo este lunes: llegó al predio, acusó una tendinitis, y no se entrenó con el grupo, que hizo fútbol. Russo no lo esperó: armó el ensayo sin él y resolvió que se quede en Buenos Aires. En diciembre, Boca pagó 4.800.000 dólares por su pase, pero su nivel cayó rápido y los episodios de indisciplina no ayudaron. En marzo, faltó a un entrenamiento tras perder un vuelo desde Chile, donde lo habían visto de fiesta. 

El viernes fue silbado en la Bombonera cuando salió reemplazado y al día siguiente se lo volvió a ver en una salida nocturna, en la previa de su cumpleaños número 25. La relación con los hinchas ya está rota, y en el cuerpo técnico también parece haber perdido crédito.

Herrera, otra situación que preocupa

La situación de Herrera también preocupa. Desde que llegó, jugó apenas 9 partidos sobre 25 posibles. Salió en siete y nunca completó un encuentro. Fue titular ante Benfica, pero duró 20 minutos y luego fue expulsado desde el banco por protestar un penal. Le dieron cuatro fechas de suspensión en competencias FIFA, de las cuales cumplió dos, y lleva 35 días sin jugar. Este martes se sabrá si necesita estudios o alcanza con kinesiología. Lo cierto es que uno de los sueldos más altos del plantel todavía no aporta lo esperado en el equipo. Su paso empieza a parecerse al de Daniele De Rossi, que jugó poco, cobró mucho y se fue antes de tiempo.

El equipo aún no está confirmado. En la práctica de este lunes, Russo les dio descanso a varios titulares y aprovechó para probar variantes. Atajó Brey y no Marchesin. En el lateral derecho apareció Juan Barinaga, que tuvo un buen ingreso el sábado, en lugar de un Luis Advíncula con un 2025 flojo. En la defensa jugó Mateo Mendia por Di Lollo. Figal y Ayrton Costa, lesionados, tampoco viajarían. En el medio estuvieron Paredes y Milton Delgado, que entraron por Battaglia y Braida, mientras que Williams Alarcón se mantuvo en el equipo. Y en el ataque aparecieron Brian Aguirre (por Palacios), Cavani (por Merentiel) y Alan Velasco. Con este nivel colectivo tan bajo, los nombres importan poco: casi cualquiera podría jugar sin que cambie demasiado.

Lo de Palacios es otro caso más de jugadores que colmaron la paciencia de Russo: uno de los primeros fue Marcos Rojo, que todavía negocia su salida, aunque también integran ese grupo Marcelo Saracchi (pretendido por Independiente) y Cristian Lema, que ni siquiera viajó al Mundial de Clubes.

La sensación general es que con Paredes solo no alcanza. Aun así, su ingreso ante Unión dejó una buena imagen. Fue el más claro con la pelota, se paró como lanzador, le dio otro ritmo al mediocampo y asistió a Di Lollo en el gol del empate. Como se esperaba, Russo lo puso entre los titulares en la práctica. Esa era la idea desde la semana pasada: que sumara minutos en la Bombonera y jugara desde el arranque contra Atlético. Pero el foco volvió a correrse por las lesiones y los interrogantes.

En los últimos días, la única alegría la dio el básquet, que salió campeón de la Liga Nacional. En redes sociales, al menos, se percibió otro ambiente. Pero todo volvió a la normalidad cuando empezaron a circular los datos del entrenamiento del lunes. Especialmente, por las bajas de Palacios y Herrera.

El arranque del ciclo Russo es el más pobre en 25 años, con cuatro empates y una derrota, superando incluso los registros de Julio Falcioni y Claudio Borghi, que en sus comienzos sumaron un triunfo, una igualdad y tres caídas. Ahora se viene un partido clave, donde ganar importa más para evitar seguir cayendo que por el valor mismo de la victoria. En un año sin competencias continentales, este cruce de Copa Argentina toma otra dimensión. El duelo con Atlético Tucumán se jugará en una atmósfera pesada. Boca vuelve a llegar al límite, como tantas veces. Pasó de la ilusión a la preocupación en poco tiempo, y aun cuando no juega, le cuesta cada vez más encontrar un poco de calma.  /La Nación