Martes 12 de Agosto de 2025, 09:58

Yuliana Borge, de 18 años, fue hallada muerta tras denunciar que fue abusada sexualmente por su tío
El barrio Ampliación Olleros amaneció en silencio aquel jueves de agosto. El frío del invierno tucumano parecía más pesado que de costumbre. Eran cerca de las 8 de la mañana cuando Mabel Morán, madre de Yuliana Borges, empujó la puerta de la habitación de su hija y encontró una escena que marcaría para siempre a su familia: la joven de 18 años yacía sin vida.Hasta ese día, Yuliana había sido para los vecinos una muchacha de sonrisa tímida, mirada serena y una historia que pocos conocían en detalle, pero que guardaba heridas profundas. Meses antes, había denunciado a su tío por abuso sexual. La presentación judicial derivó en una orden de restricción de acercamiento contra el acusado. Sin embargo, según relatan sus familiares, esa medida nunca fue verdaderamente cumplida ni fiscalizada.
La joven atravesaba un proceso emocional complejo. Quienes la conocían cuentan que el abuso y el posterior calvario judicial habían afectado gravemente su ánimo. Sus amigos recuerdan que, en redes sociales, dejó entrever mensajes que hablaban de angustia y soledad, aunque nadie imaginó un final tan abrupto.
El hallazgo y la investigación inicialAl llegar personal de emergencias, ya no había nada que hacer. En un primer momento, trascendió que el cuerpo presentaba golpes, lo que despertó sospechas de un posible ataque. El fiscal de la causa ordenó la intervención de personal forense y el traslado del cuerpo para la autopsia.
Mientras tanto, en la puerta de la casa, los vecinos se agrupaban en pequeños corrillos. Algunos repetían que la joven había estado deprimida. Otros, con más dureza, señalaban que el contexto de violencia previa y la presencia del tío en la vida de Yuliana no podían dejarse de lado.
Resultados de la autopsiaEl estudio forense determinó que la causa de muerte fue asfixia mecánica, concluyendo que se trató de un suicidio. No se encontraron lesiones de defensa ni signos de una agresión reciente. La noticia, lejos de apaciguar las dudas, encendió el enojo de parte de la comunidad: para muchos, la etiqueta de “suicidio” no alcanzaba a explicar el trasfondo.
La fiscalía subrayó que no había elementos para imputar a otra persona por el momento. Sin embargo, organizaciones feministas y vecinos comenzaron a reclamar una investigación más exhaustiva, señalando que la muerte debía analizarse en el contexto de la denuncia previa por abuso.
Un proceso judicial inconclusoEl tío denunciado no está detenido. Según trascendió, la causa por abuso sexual que Yuliana había iniciado no había avanzado significativamente. La familia asegura que ella vivía con miedo y que había pedido ayuda en reiteradas oportunidades.
Las marchas convocadas tras su muerte repitieron un mismo lema: “No fue suicidio, fue el sistema”. Para las voces más críticas, el caso de Yuliana expone fallas recurrentes en la protección de víctimas de abuso sexual: medidas judiciales sin control, demoras en las investigaciones y una asistencia psicológica insuficiente.
Dolor y memoriaEl velorio se realizó en una sala humilde del barrio, colmada de amigos, familiares y vecinos que llevaron flores y encendieron velas. Sobre el ataúd, una foto de Yuliana con el pelo suelto y una sonrisa suave parecía interpelar a todos. “Ella quería vivir, pero la dejaron sola”, dijo entre lágrimas una prima.
En redes sociales, el nombre de Yuliana Borges se convirtió en bandera. Diversos colectivos pidieron que su caso no se cierre sin respuestas claras y que se garantice justicia, no solo para ella, sino para todas las jóvenes que atraviesan situaciones similares.
Mientras tanto, el expediente judicial continúa bajo investigación, aunque con un rumbo incierto. La familia, en duelo, insiste en que la verdad completa todavía no ha salido a la luz.
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