Jueves 14 de Agosto de 2025, 05:22

PELIGRO. Las cenizas derivadas de la quema de caña causan afecciones respiratorias y problemas en la vista.
La tarde de este miércoles 13 de agosto, una densa nube de cenizas cubrió la ciudad de Monteros, repitiendo un fenómeno recurrente durante la zafra: la llamada “lluvia negra” o “nevada tucumana”, consecuencia directa de la quema de cañaverales, práctica prohibida por ley pero que persiste en distintas zonas de la provincia.Bomberos Voluntarios intervinieron en múltiples focos de incendio en el sur tucumano, originados en su mayoría por quemas de caña de azúcar.
Aunque históricamente se utilizaba el fuego para eliminar la malhoja tras la cosecha manual, el método resulta innecesario y perjudicial en la cosecha mecanizada actual, además de estar expresamente prohibido por la Ley Provincial 6.253, reformada por la 7.459, y por el artículo 38 de la Ley del Medio Ambiente.
Pese a la normativa, las autoridades confirmaron que en lo que va de la zafra 2025 ya hubo tres detenciones por este delito, dos de ellas en Monteros, tras ser sorprendidos los responsables en flagrancia.El impacto de la quema no se limita al deterioro ambiental y visual. Estudios médicos advierten que las partículas contaminantes incrementan los problemas respiratorios y oculares, afectando especialmente a los niños.
Una investigación realizada en 2018 sobre 629 menores de entre 10 y 11 años, determinó que quienes padecían asma tenían un 87% más de riesgo de presentar una función pulmonar anormal durante la temporada de zafra.
La “lluvia negra” vuelve así a exponer un conflicto de larga data entre la tradición productiva y las exigencias ambientales y sanitarias, en una lucha que las autoridades y la Justicia aseguran que continuarán afrontando.
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