Jueves 21 de Agosto de 2025, 12:15
Una escena de horror sacudió a la localidad de Madbury, en el estado de New Hampshire, EEUU, donde la policía encontró muertos a Emily Long, su esposo Ryan y sus dos hijos de ocho y seis años en lo que las autoridades calificaron como un asesinato seguido de suicidio.El lunes por la noche, los investigadores hallaron los cuerpos en la casa familiar, ubicada en una localidad tranquila y rural de menos de 2000 habitantes. La noticia dejó en shock a los vecinos, que no podían creer lo ocurrido.
Según reveló la autopsia,
Emily Long, de 34 años, disparó varias veces contra su esposo Ryan, de 48, quien padecía un cáncer cerebral terminal conocido como glioblastoma. Luego, mató de un disparo en la cabeza a sus hijos Parker (8) y Ryan (6), y finalmente se quitó la vida.En la vivienda también se encontraba la hija menor de la pareja, una nena de tres años, que resultó ilesa. La policía encontró un arma en la casa y sigue investigando los motivos detrás de la tragedia.
El drama familiar detrás de la tragedia
La historia de la familia Long se había hecho visible en redes sociales, donde Emily compartía abiertamente el difícil proceso que atravesaban por la enfermedad de su esposo. Ryan había sido diagnosticado con glioblastoma, un cáncer cerebral agresivo y sin cura, con una expectativa de vida promedio de 12 a 15 meses, según la American Brain Tumor Association.
En sus publicaciones, Emily relataba cómo le contaba a sus hijos sobre la enfermedad de su papá y cómo intentaba mantener cierta normalidad en medio del dolor.
“Mis hijos la están pasando mal”, admitió en uno de sus videos.
Días antes del crimen, Emily Long subió un video a TikTok donde habló de su lucha contra la depresión y la ansiedad. “Hoy decidí que tengo que hacer un esfuerzo consciente para cambiar mi mentalidad. Voy a salir de esta depresión, quiera o no”, expresó ante sus seguidores.
Emily, que trabajaba como directora de operaciones en una cadena de restaurantes, había dejado en claro en sus redes el peso emocional que cargaba.
“Estoy marchitándome”, confesó en uno de sus últimos posteos.
La mujer dijo sentirse sola y abrumada:
“Sé que necesito ver a un terapeuta, sé que tengo que pedir ayuda… pero no estoy lista para admitirlo, creo”. También reconoció:
“Estoy de duelo por mi esposo, por mi matrimonio, y todavía están ahí. Es muy confuso y abrumador”.La noticia impactó de lleno en Madbury. Vecinos como Bevy Ketel contaron que la familia parecía llevar una vida normal y que los chicos incluso habían puesto un puesto de limonada días antes.
“Fue un shock. No lo vimos venir”, aseguró la mujer. “Por lo que sabíamos, éramos una familia perfecta”, agregó./
TN