Viernes 22 de Agosto de 2025, 08:07
En una maratónica sesión, Diputados aprobó este miércoles el proyecto de ley para cambiar el huso horario en la Argentina durante el invierno.
“Justo a tiempo. El objetivo es sincronizar mejor la hora oficial con la hora solar. Esto mejora el rendimiento y optimiza el uso de la luz natural", celebró en las redes sociales uno de los impulsores de la iniciativa, Julio Cobos.
Los husos horarios son las veinticuatro zonas horarias en las que se divide la Tierra, y representan el tiempo que le toma al planeta girar sobre su propio eje. “Determinan la hora de una zona geográfica a partir del meridiano de Greenwich, desde donde se deben sumar o restar horas, según corresponda”, explicó Andrea Pattini, investigadora del CONICET en el Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía.
Desde 2007, el huso horario nacional está establecido en -3, es decir, tres horas al Oeste del meridiano de Greenwich. La iniciativa, que fue aprobada con 151 a favor, 66 en contra y 8 abstenciones y ahora debe tratarse en el Senado, plantea que todos los relojes del país se atrasen una hora para pasar a -4 durante el otoño/invierno y vuelva a estar en -3 en primavera/verano.En la práctica, esto significaría que el sol saldría a las 6.10 en vez de a las 7.10/7.30 como ocurrió el pasado abril. En cambio, al volver al huso horario -3 en septiembre, el amanecer se correría nuevamente cerca de las 7, como sucede hoy.
Según el texto, el período invernal empezaría el primer domingo de abril a las 0; mientras que el período estival iniciaría el primer domingo de septiembre de cada año a las 0.
“La educación es uno de los principales sectores damnificados en el desfasaje entre la hora solar y la hora oficial. La gran mayoría de los alumnos comienzan su jornada en plena oscuridad, produciéndose un efecto negativo en su desempeño escolar”, defendió Cobos.Si bien los expertos coinciden en que el huso horario debiera ser -4, cuestionaron la alternancia entre horario de verano y de invierno.
En diálogo con TN, el Doctor e Investigador Superior del CONICET, Diego Golombek, explicó que la mayoría del territorio argentino está localizado en el huso horario -4, aunque es cierto que hay una franja de las provincias más al Oeste que toca el -5.
“El huso -3 no es el que nos corresponde geográficamente. Sin embargo, los cálculos dan que, si bien Argentina es un país ancho, no lo es tanto como para meritar dos husos horarios. El -4 sería el más adecuado para todo el año“, sostuvo.
En ese sentido, señaló: “El proyecto habilita fuertemente a alternar entre horario de verano y de invierno, esto de tener, como hubo en algún momento en Argentina y hay en otros lugares del mundo, esta alternancia entre -3 y -4 y es un problema. Se está discutiendo mucho y se está intentando que en Europa y en Estados Unidos no se realice de esa manera, sino que se queden en el huso horario estándar".
Asimismo, advirtió: “Hay evidencia de que en los países en los que hay alternancia, la semana siguiente a que se cambie el huso horario, por más que sea una hora, hay más accidentes de tránsito y más hospitalizaciones”.
Incluso, Golombek aseguró que el argumento energético no es tan fuerte: “Dado que la sábana es corta; lo que se pierde por un lado, se gana por el otro y viceversa. El argumento más importante es el crono biológico”.
“Nuestra biología, nuestro reloj biológico necesita de la luz de la mañana para ponerse en hora, para estar alerta, para tener la energía para el resto del día. Pensemos en los chicos que van a la escuela a la mañana, que no estén sometidos a la oscuridad; la gente va a trabajar, lo mismo. Ese es el principal argumento para pasar a -4. La alternancia, si bien en los papeles parece interesante porque te da un poquitito más de luz por la tarde en algún momento del año, no es lo que mejor corresponde biológicamente“, argumentó.
En tanto, Pattini sumó: “No iniciar las actividades diurnas con luz natural -como le sucede actualmente a gran parte de la población argentina- provoca jetlag social, también conocido como descompensación horaria o trastorno por desfase horario. Esto significa que el principal estímulo sincronizador es la luz de la mañana, que tiene efectos positivos sobre los niveles de alerta y el estado de ánimo".
Con estos cambios, se ganaría luz por la mañana, pero se perdería un poco de luz por la tarde, algo que perjudicaría a aquellos que aprovechan a hacer alguna actividad al aire libre después de la escuela o del trabajo.
“Somos un país muy noctámbulo, muy búho. Hacemos todo muy tarde, cenamos muy tarde, el prime time de la televisión, las tareas, la juntada de amigos o de familia es muy tarde. Con lo cual, adelantar el huso horario también ayudaría a que hiciéramos las cosas un poco más temprano y favorecer el ciclo de sueño. Es un buen paso, pero alternar claramente no es lo ideal”, expuso Golombek.
La historia del huso horario en Argentina
Pattini precisó que la Argentina adhirió en 1920 al huso horario -4 y en ese nivel se mantuvo durante diez años.
En 1930 se decidió comenzar a alternar el huso -4 con un horario de verano en el huso -3, con el objetivo de aprovechar la luz natural durante los amaneceres más tempranos del verano. Tras cuatro décadas, la alternancia se abandonó en 1970, quedando por error el horario en -3.
“En total, Argentina ha tenido unos 57 cambios de huso horario en períodos irregulares, considerando las alternancias entre horario de invierno y de verano. Asimismo, actualmente no se realiza cambio de hora en verano”, detalló.
El país se rige por la Ley 26.350, sancionada en 2007, que establece que la Hora Oficial Argentina es UTC -3. La investigadora de INAHE-CONICET remarcó: “Esto es interesante, ya que ninguna parte del territorio nacional se encuentra geográficamente ubicada en este meridiano“.
Tras la media sanción en Diputados, el Senado deberá definir si le da luz verde al proyecto para modificar en invierno al huso -4 o si vuelve con cambios a la Cámara baja. /
TN